(*) UCR Entre Ríos Activa
El Congreso Provincial de la UCR de Entre Ríos, convocado el 9 de noviembre en Villaguay, expuso la cruda realidad que atraviesa nuestro partido: la conducción actual no logró reunir el quórum necesario y sesionó con menos de la mitad del cuerpo. Esta baja convocatoria revela su incapacidad de liderazgo, la desmovilización a la que han sometido al partido y la pérdida de la mística que alguna vez nos caracterizó. La otrora poderosa línea interna ha perdido fuerza de convocatoria y de dirección.
Lo que presenciamos fueron discursos vacíos, pronunciados por quienes hoy ocupan cargos legislativos y ejecutivos, intentando proyectar una realidad que solo creen quienes transitan los pasillos del poder, alejados de la verdadera situación que enfrenta nuestra militancia. La aprobación de un balance observado por la Justicia Federal, impulsada por legisladores que deberían ser ejemplo de integridad, evidencia cuán alejados están algunos de la máxima de Lebensohn sobre “doctrina y conducta”. Rechazamos la aprobación del balance, pero con responsabilidad, aceptamos el pedido de la conducción partidaria para colaborar en la resolución del cuestionamiento judicial a los estados contables, y pronto formularemos medidas para superar este asunto.
La ausencia de debate político fue alarmante tratándose de un partido, así como el apuro por sacar una declaración —redactada de antemano y leída en el recinto sin discusión— que deja las puertas abiertas a cualquier tipo de nuevas coaliciones, en claro cumplimiento de un mandato y con una alineación notoria de apoyo a las ideas elaboradas por el gobierno de Rogelio Frigerio. Mientras que nuestra propuesta del documento final, leído y firmado por más de 40 de los presentes, no fue puesta a consideración. Picardía digna de mejores objetivos, pero inadmisible entre correligionarios.
Desde UCR ACTIVA reafirmamos nuestro compromiso de recuperar la UCR para sus afiliados y simpatizantes, convencidos de que el radicalismo en Entre Ríos tiene el potencial y los cuadros capaces para volver a ser una fuerza de gobierno. Contamos con hombres y mujeres preparados para asumir ese desafío y devolver al partido su vocación de liderazgo, aunque actualmente estén opacados por una conducción cerrada y una administración carente de visión.
En este momento histórico, marcado por el individualismo, un capitalismo extremo y la destrucción del "Estado de Bienestar", nuestro país y nuestra provincia necesitan un radicalismo que vuelva a sus fuentes y que sea capaz de ofrecer una alternativa basada en valores fundamentales: solidaridad, equidad, igualdad de oportunidades y una presencia del Estado que equilibre relaciones desiguales para alcanzar un desarrollo social armónico.
La UCR debe recuperar su compromiso con la transparencia en la administración del dinero público, mediante una gestión eficiente que priorice el bien común y revitalice el espíritu de lucha y unidad que siempre nos ha distinguido.
No estamos dispuestos a entregar nuestras históricas banderas: defendemos una educación pública y de calidad, una salud al alcance de todos, una seguridad que permita vivir en una sociedad donde el bienestar sea el objetivo principal y un trabajo digno como derecho inalienable.
Creemos en una infraestructura estatal como motor del desarrollo equitativo y en una Justicia que mantenga a delincuentes y corruptos tras las rejas, no a la gente defendiéndose de ellos. La indiferencia del gobierno ante estas problemáticas no puede convertirse en lo normal y cotidiano. Adelante, junto a quienes compartan nuestros ideales, y con todo para la sociedad que nos merecemos.
Es momento de superar esta etapa y revitalizar el espíritu de lucha y unidad que nos ha distinguido. Que nuestras convicciones, y no la conveniencia política, guíen nuestro camino. Avancemos junto a quienes compartan nuestros ideales y con el objetivo de construir la sociedad que nos merecemos. ¡Es la hora de despertar, retomar las riendas del partido y construir una UCR fuerte, unida y con rumbo!