Tras un año difícil donde la brecha digital y las dificultades particulares se pusieron en evidencia en el marco de la pandemia, el retorno a la presencialidad en las escuelas nocturnas tiene características propias.

Las escuelas nocturnas, destinadas a jóvenes y adultos que requieran terminar el colegio secundario en el ámbito de la educación pública, no estuvieron ajenas a las dificultades presentadas por la pandemia.

El programa Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) realizó un relevamiento en los departamentos Paraná, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú y Concordia. De este modo se pudo conocer un poco más en detalle como se trabajó durante este tiempo con los estudiantes que atraviesan tres años de cursado.

La brecha digital que se puso en evidencia durante el 2020 fue más amplia cuando se trata de los turnos nocturnos en el ámbito educativo. Esto significó que muchos estudiantes abandonen durante el año pasado las instancias educativas, tal es el caso de Concordia donde en el ámbito de adultos la desconexión fue importante ya que muchos establecimientos no contaban con referentes técnicos ni recursos para poder garantizar el estímulo educativo.

A pesar de esto, aclararon que la brecha digital no fue el único inconveniente. Cabe recordar que según un estudio realizado por AGMER a mitad del año pasado, el 75% de los alumnos que asisten a este sector educativo realizan tareas laborales. Incluso, un grupo importante de estos estudiantes tienen a cargo a sus familias y eso terminó siendo una dificultad para sostener la virtualidad durante el año pasado.

A pesar de estas dificultades, con el retorno a la presencialidad se observó una gran concurrencia de los alumnos. La información no refleja que haya habido importantes caídas en las matrículas aunque si se puede observar cierta sustitución: alumnos que no volvieron pero que en las cifras no se reflejan porque se inscribieron nuevos. Hay que comprender que el ámbito de la educación nocturna tiene una dinámica distinta a la del turno mañana y turno tarde.

Lo que representa en la actualidad un desafío es el pequeño porcentaje de alumnos que están incluidos dentro de los denominados grupos de riesgo. Representa algo así como un 10% del estudiantado, según el relevamiento periodístico. Todos ellos siguen con sus clases virtuales mientras el resto de los compañeros pueden asistir presencialmente.

Otro desafío es el de los docentes que integran grupos de riesgo, ya que esto representa un problema serio a la hora de brindar los contenidos -sobre todo en algunas materias- ya que el docente debe dar las clases de manera virtual con todos los alumnos en el aula. Es por eso que directivos de distintos establecimientos nocturnos han solicitado que se dicten suplencias de esos docentes porque la tarea realmente se ha vuelto muy dificultosa. Hasta el momento no hubo respuestas por parte de las autoridades.

En lo que no hay mucha diferencia con los otros turnos es respecto al presupuesto y la infraestructura. Los problemas edilicios que habitualmente el programa periodístico pone en evidencia se repiten cuando de escuelas nocturnas se trata. Hay edificios que contienen más alumnos de lo que deberían recibir. Sin embargo, la pandemia y los protocolos respecto a horarios y aforo ha significado un alivio en esta materia.

En cuanto a las partidas presupuestarias, elementales para garantizar la adquisición de elementos de prevención, la liquidación viene siendo lenta. Hay escuelas que cobraron a principios de este año partidas correspondientes al primer semestre del año pasado.

Palabras de trabajadores

El docente e integrante de Agmer, Martín Tactagi, dijo: “La presencialidad nos habilita a volver a construir un vínculo pedagógico con los estudiantes y las estudiantes que permite que el conocimiento transmita desde otro lugar, que se construya desde un espacio diferente”.

La preceptora de la escuela Baxada del Paraná, Luján de Paola, dijo al respecto: “Los chicos, jóvenes y adultos, han empezado con gana, estaban bastante interesados en volver a la presencialidad, tenemos una buena matrícula, hemos completado todos los cursos, por ahí lo que está faltando es que muchos de nuestros alumnos trabajan y son padres de familia, tienen familias a cargo y se les dificulta un poco pero tratan siempre de cumplir, y nosotros tratamos de brindarles todas las posibilidades de brindarle el estudio que se merecen. Tenemos dos o tres alumnos que trabajan de forma virtual, nada más que eso. Siempre tenemos una matrícula casi completa. El año pasado los que perdieron la virtualidad lamentablemente no han vuelto a incorporarse”.

Tactagi agregó: “El Covid hizo desastre en todas las matrículas, en todos los niveles, mañana, tarde y noche, incluso en nivel superior y demás. Ahora, en relación a años sin Covid nosotros con la presencialidad ha vuelto la matrícula. También es verdad que hay un primer período del año en que la matrícula tiende a mermar, pero tiene que ver con el tránsito normal de los estudiantes que van buscando el espacio dentro de las instituciones, al tiempo que van buscando el camino de resolver las cuestiones económicas, de familia y demás porque son adultos que tienen que sostener familias, que garantizar el trabajo y demás. Entonces hay un tránsito que tiene que ver con esta dificultad pero que no es anormal en este momento del año”.

“En términos gremiales nosotros tenemos una preocupación en dos o tres cuestiones –refirió Tactagi-. Por un lado la infraestructura, hay muchas escuelas que no tienen la necesaria, también es verdad que se han ido saldando mediante las burbujas y hay un enorme esfuerzo del personal docente y no docente para garantizar que las condiciones cuando no estaban resueltas en infraestructura se pudieran resolver mediante trabajo de capital humano. Y por otro lado, el protocolo. Es decir, nos invitan a cumplir un protocolo sin las partidas necesarias para poder encararlo. Requiere de una cantidad de elementos de limpieza, barbijo, protección que no han llegado a las escuelas, del mismo modo que no han llegado los termómetros requeridos para poder tomar la temperatura a todos los que ingresan. Así muchas escuelas han tenido que resolverlo de manera autogestionada o mediante las cooperadoras, de las empresas que colaboran con las escuelas para que donen esos instrumentos. Pero si queremos sostener una presencialidad en condiciones realmente serias, necesitamos un capital financiero que sostenga de parte del Estado estas posibilidades”.

En este sentido, el docente manifestó: “Lo que nos preocupa en este momento es que el aumento de los casos ponga en riesgo la vida de quienes trabajan en las instituciones. De allí la necesidad de repensar si se pueden sostener las instituciones abiertas, constituir un comité donde los docentes mediante los sindicatos podamos decir algo respecto de esto, que no sean tomados al margen de las decisiones lo que podamos decir los docentes, y que demás se ponga de parte del Estado el capital para poder sostener las condiciones mínimas de trabajo”.