Mientras se sigue buscando a posibles sobrevivientes, los trabajadores mineros de Río Turbio acusan al empresario Sergio Taselli de haber retaceado inversiones, incrementando así los riesgos para los trabajadores.

En 1994, el entonces gobierno de Menem, concesionó la mina de carbón a un grupo empresarial encabezado por Taselli, el mismo hombre que adquirió las maquinas de lo que fuera el frigorífico de Santa Elena.

Raúl Wanso, secretario general de ATE (Río Turbio), destacó que “la desinversión que hubo en esta mina, desde que fue concesionada, fue tan grande que no estaban dadas las mínimas condiciones de higiene ni seguridad para los trabajadores”. Mientras tanto, en Entre Ríos se discute si el frigorífico debe continuar en manos de Taselli o si debe ser administrado por una cooperativa de ex trabajadores.

El gremialista Raúl Wanso, señaló a Página 12, que la tragedia ocurrió “por falta de inversión y controles” estatales. La empresa que explota la mina de Yacimientos Carboníferos Río Turbio fue intervenida en 2002, cuando el gobierno del ex presidente Eduardo Duhalde puso fin a una concesión que había arrancado en 1994. “Era un peligro latente que veníamos denunciando desde hace 12 años”, señaló el gremialista.

La mina donde se produjo el siniestro es la número cinco del complejo minero Río Turbio. Está a cinco kilómetros de la ciudad, tiene una profundidad máxima de 700 metros y cuenta con 80 kilómetros de túneles, una extensión similar a la red de subterráneos de la ciudad de Buenos Aires. El secretario de Producción de Río Turbio reconoció que “la tecnología que utiliza la mina está atrasada 20 años”.

Otro detalle aportado por los trabajadores es que la Superintendencia de Riesgo del Trabajo la calificó como “empresa testigo”, por el alto riesgo que representaba para los trabajadores.

Pegado a la cordillera y a 3.100 km de Buenos Aires, Río Turbio es el pueblo más austral del continente. En 1994 privatizó su única fuente de vida, Yacimientos Carboníferos Fiscales. La concesión fue ganada por un consorcio liderado por el grupo Tasselli, un experto en comprar empresas en dificultades: en su colección de firmas figuran Aceros Zapla, Materfer, Massey Fergusson, frigorífico Santa Elena y Ferrocarriles Metropolitanos. En el caso de YCF recibió la compañía con un subsidio estatal de 22,5 millones de pesos o dólares durante 10 años y un contrato de provisión de carbón a la usina térmica de San Nicolás. Esta central (de la norteamericana AES) tenía que pagar por el carbón un 20% más que el valor internacional.
En lo que respecta a los derechos y garantías del trabajador, la empresa privada eliminó sectores y departamentos; recortó beneficios y salarios indirectos; cerro totalmente la obra social; planteó nuevas reglas de contratación; despido y manejo de trabajo y además, desconoció compromisos comunitarios, tales como como entrega de carbón gratuito a la comunidad.

La ley que otorgaba la concesión A Sergio Taselli fue vetada por el ex presidente Eduardo Duhalde.
El 24 de agosto pasado se puso nuevamente en marcha el tren que transportó mil toneladas de carbón hasta Punta Loyola. En esa oportunidad, el intendente de Río Turbio dijo: “lo primero era que se fuera el empresario y se logró con mucho esfuerzo de los trabajadores y las comunidades de la cuenca”.