Al ser consultado sobre qué fenómeno se dio para que llegaran hasta la capital provincial, contestó: “Las características que se dieron ayer, en particular la generación de la inestabilidad que dio las lluvias, se debió a la baja presión de niveles medios y eso provocó que el viento tuviera la componente suficiente como para que desplazara la nube hasta sectores poco previsibles, porque no es común que lleguen a sectores con latitudes tan bajas”.
“La nube tenía una altura de 10 mil y 13 mil metros, y no se detectaron residuos sólidos de las cenizas sobre la superficie como ocurriera hace mucho tiempo atrás provocado por la erupción del volcán Hudson, cuando las cenizas se detectaron muy bien en el suelo y los autos en Paraná”, señaló además Gómez a Canal Once y acotó: “Posiblemente pueden haberse precipitado pequeños corpúsculos de cenizas que no pudimos detectar”.
“Debido a que la erupción del volcán continúa, si las condiciones meteorológicas volvieran a ser similares a éstas o las componentes de vientos atmosféricas tuvieran la dirección adecuada, es posible que nuevamente lleguemos a tener presencia de las cenizas volcánicas, en mucho menor escala de lo que está ocurriendo en el norte patagónico”, redondeó.
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