Tampoco los benefició el plan oficial de Precios Cuidados, dado que sólo 300 de los más de 10 mil locales se sumaron a la iniciativa, por lo que algunos clientes decidieron migrar hacia otros supermercados, explicó Miguel Calvete, titular de la Cámara de Autoservicios y Supermercados Propiedad Residentes Chinos (Casrech).
La línea de tiempo de los autoservicios orientales indica que en 2006 sólo había 4 mil supermercados de este tipo en el país. La corriente inmigratoria llevó en aumento ese número hasta superar los 10 mil. Incluso en 2013 se abrieron 54 puntos de venta en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Pero la época dorada comenzó a amesetarse el año pasado y no sólo causó cierres, sino que ni siquiera hay tratativas para próximas aperturas.
Hasta hace 12 meses, Capital Federal contaba con 1.877 puntos de venta e inversionistas interesados especialmente en los barrios abc1 de la Ciudad para colocar nuevos supermercados. Sin embargo, hoy se redujo ese número a 1.788, según datos de Casrech. En tanto, el primer, segundo y tercer cordón del Gran Buenos Aires cuenta con 3.877 negocios. El resto está distribuido a lo largo y ancho de la Argentina, con una importante concentración en Córdoba y Santa Fe, donde también se evidenciaron cierres.
Actualmente, unas 120 mil personas conforman la comunidad chino-argentina, según cifras oficiales, cuya mayoría reside en territorio bonaerense, a pesar de que el corazón de la comunidad se encuentre en Belgrano. Si bien históricamente optaron por dedicarse a los supermercados, rubro que llegó a tener al 24 de octubre como el Día Nacional de los Autoservicios Chinos, hoy los locales de cercanía comenzaron a acorralarlos, por lo que tuvieron que buscar nuevos destinos.
De esta manera, viraron hacia el nicho de la comida al paso y al peso. El mejor ejemplo de esto es el microcentro. Incluso en Puerto Madero, el barrio más exclusivo de la Ciudad, ya lograron instalarse locales de este tipo. Allí la idea es pagar según el gramaje que se consume, lo que abarata costos a la hora de comer. Según Calvete, son más rentables que los supermercados y el horario es reducido. Lo interesante de este barrio es que, a pesar de los más de 500 cierres a nivel nacional, persiste allí un súper chino (nunca hubo otro) que fue muy bienvenido por los vecinos. Desembarcó hace dos años en Olga Cosettini al 100 tras una campaña en redes sociales que pedía "Un chino para Puerto Madero".