Aunque desde el comienzo mostró la intención de adueñarse del balón y ponerse el peso del partido en los hombros, al conjunto Millonario le costó muchísimo. Buscó por los costados con Lanzini y Ocampos, quienes por momentos desnivelaron en la individual, pero colectivamente careció de velocidad para quebrar los tres cuartos del rival y generar peligro.
Por su parte, el elenco cordobés presionó en la salida de Cirigliano y apostó por un error en la defensa local. A ambos equipos les costó horrores dar tres pases seguidos en la mitad del campo y el encuentro se hizo algo denso, tanto como la niebla que fue tomando protagonismo con el correr de los minutos. Farré fue el primero en inquietar con un disparo desde lejos.
Almeyda se cansó de pedir explosión, algo que sólo apareció con alguna subida de Ocampos y alguna proyección de Mercado por la derecha. Pero todas terminaron en centros sin destino. A la media hora de juego pareció ser el momento del local, con un par de gambetas y conexiones, pero quedó en la nada. Apenas un cabezazo de Ocampos que despejó un defensor en el área chica.
A los 31 se produjo la primera situación clara de riesgo: tras un córner, un cabezazo en el punto del penal habilitó a Velázquez y este, solo en el área chica, definió muy débil a las manos de Vega. River respondió a los 39, cuando Trezeguet frotó la lámpara y lo puso de cara al arco a Funes Mori; el Mellizo reventó un palo. Y a los 43, Carranza ensayó un centro desde la derecha, la pelota se abrió ante una floja salida de Vega y Melano la empujó al gol.
El malestar en el Monumental se profundizó al minuto del complemento cuando el crespense Martín Zapata robó en la mitad y puso un gran pase en profundidad para el pique en soledad de Carranza; el Pelado observó a un adelantado Vega y la picó de manera magistral para el 2-0. Tétrico regreso, el menos esperado cuando se esperaba una especie de revancha ante el Pirata.
El elenco de Almeyda salió con todo a buscar el descuento y avisó con un tiro libre de Lanzini que explotó en el travesaño. ¿Jugó bien a partir de allí el dueño de casa? No. Pero buscó por los dos frentes con toda su gente. Fue más ganas que fútbol, fue empuje y desorden. Pero ninguno se salió del libreto y logró generar un especio claro para llegar al gol.
El entrenador Millonario probó con Aguirre y Rojas, en reemplazo de Vella y Cirigliano -los hinchas reprobaron este último cambio con silbidos-, pero nada lograron cambiar. Recién a los 30, de tanto insistir, Lanzini volvió a ejecutar un tiro libre, el balón se desvió en el entrerriano Zapata y se clavó por encima de un Olave que nada pudo hacer más que mirar.
Otro centró surcó el área pirata a los 35, Mercado cabeceó y Olave respondió arriba. Era la única de River para llegar al empate ante la poblada y eficiente defensa de Belgrano. Ya era todo del dueño de casa, y la visita no apostaba ni a la contra. Y a los 38 llegó la gran chance: Olave lo pecheó a Aguirre dentro del área y Delfino cobró un penal inexistente.
Funes Mori se hizo cargo de la responsabilidad y la tiró muy por encima del travesaño. Por el festejo desmedido fue expulsado Olave y Belgrano, que ya había hecho los tres cambios, contó durante ocho minutos con el delantero Juan Martín en el arco. Durante ese tiempo, River disparó sólo en una ocasión al arco y el improvisado uno respondió sin problemas. Regreso con derrota, informa TyC Sports.