El detenido vicealmirante retirado Luis María Mendía declaró ante el juez federal Sergio Torres y asumió “todas las responsabilidades” por el accionar de las tropas a su cargo, en el marco de las investigaciones por los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada durante la dictadura. “Llevaba mi firma”, dijo Mendía en relación al plan que se llevó a cabo para aniquilar a la subversión a través de los denominados “Vuelos de la muerte”. Siguiendo los argumentos de Alfredo Astiz, culpó a servicios franceses del asesinato de Alice Domon y Leonie Duquet.
Ante el juez Torres, el represor asumió ante la autoría, en 1976, del “Plan de Capacitación contra la insurgencia terrorista de la Armada Argentina” (Placintara), que entre otras acciones represivas incluía los tenebrosos vuelos de la muerte.
Al ampliar su declaración indagatoria, el ex jefe de Operaciones Navales, de 82 años, se hizo cargo de que el Placintara “llevaba mi firma” y admitió que “como jefe de Operaciones Navales impartí órdenes a mis subordinados basadas en reglamentos militares y las disposiciones dictadas por el Gobierno Constitucional de Isabel Perón y de Italo Luder”, según consignó la agencia Diarios y Noticias.
Asimismo, exaltó a sus subordinados porque “combatieron con abnegación, valor, valentía, subordinación y heroísmo durante los ocho años que duró la guerra contra las organizaciones subversivas y terroristas y en ningún momento se excedieron en el cumplimiento de las órdenes recibidas del Estado Mayor, las cuales fueron fidedignamente cumplidas”.
Mendía, quien fuera número 3 de la Armada cuando el comandante era el almirante Emilio Eduardo Massera, vistiendo traje y en muletas fue trasladado desde su casa, donde cumple prisión preventiva domiciliaria, a ampliar su declaración indagatoria en la causa en la que está procesado por 151 casos de torturas y secuestros.
El marino hizo hincapié en que existía la obediencia debida dentro de la Armada y rescató que “los oficiales y suboficiales injustificadamente se han tomado como chivos expiatorios porque ellos eran muy jóvenes y cumplían órdenes militares dadas por almirantes que asumían toda la responsabilidad al hacerlo”.
Asimismo, Mendía abundó en la teoría de que “las fuerzas armadas nada inventaron el 24 de marzo de 1976 sino que simplemente aplicaron a rajatabla la legislación vigente”, en referencia a los decretos firmados durante el gobierno peronista que mandaban a los militares a “aniquilar el accionar de la subversión”, tal como lo había manifestado en el histórico Juicio a las Juntas Militares.
En ese marco, el represor recordó que ya en el gobierno de Isabel Perón se produjeron “asesinatos y desapariciones de ciudadanos argentinos y extranjeros como Héctor Fagetti en Mendoza y Maurice Jeaguer en Tucumán”, por lo que pidió al juez que cite a declarar como testigos a la viuda de Perón, al ex Presidente provisional Luder, a los ex ministros Carlos Ruckauf y Antonio Cafiero.
Al igual que había hecho la semana pasada el ex represor Alfredo Astiz, señaló a Francia como responsable del secuestro de de las monjas Alice Domon y Leonie Duquet y solicitó la captura del ciudadano francés René y/o Bertrand de Perseval o Parseval -el cuál según ellos fue visto en el secuestro de las monjas- “a los fines de profundizar la pesquisa respecto de la actuación de los servicios secretos y de inteligencia franceses”. Además, pidió que se cite como testigos al ex Presidente y ex primer ministro de Francia, Valerie Giscard D’Estaing y Pierres Mesner, respectivamente, más el embajador, diputado y periodista franceses, Francois de la Gosse, Noël Mamere y Marie Monique Robin.
Mendía, que no había sido beneficiado por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, fue indultado por el ex Presidente Carlos Menem, que lo incluyó en el Decreto Número 1.002, del 7 de octubre de 1989. Durante el juicio a las juntas militares, aseguró que en la Armada no habían existido centros clandestinos de detención y que el trató que se daba a los detenidos era el “reglamentario y humano que corresponde”.