Para facturar esos ingresos millonarios, la familia presidencial recurrió a la sociedad Los Sauces SA, mientras que López -uno de los empresarios que más se expandieron durante la última década- dividió los pagos entre dos de sus empresas, Inversora M&S y Alcalis de la Patagonia, en las que también aparecen su socio y lugarteniente, Fabián de Sousa. Consultados por La Nación, los voceros del Grupo Indalo confirmaron los alquileres, pero le restaron relevancia. "Sí, en efecto, esos alquileres comenzaron hace al menos dos años, cuando Máximo y De Sousa firmaron el contrato", precisaron.
El propio De Sousa resultó un factor decisivo en la operatoria. Él vivió en uno de esos departamentos de los Kirchner, según indicaron vecinos y el servicio de seguridad del complejo, como también voceros del Grupo Indalo que controlan López y De Sousa, quien ya no vive allí.
"López usa las oficinas para sus cosas personales, como sus campos, y cuestiones de sus hijos, mientras que De Sousa vivió allí, pero hace rato que ya no", agregaron los voceros consultados del Grupo Indalo.
La relación comercial que une a los Kirchner con López abre interrogantes, sin embargo, sobre un eventual conflicto de intereses para la Presidenta, que suma así al controlante del Grupo Indalo a los negocios millonarios que su familia tejió durante años con Báez.
Según reveló el medio porteño a fines de 2013 y principios de 2014, el ex empleado del Banco de Santa Cruz recurrió a ocho de sus empresas para pagar por cientos de habitaciones en los hoteles Alto Calafate y Las Dunas.
Y también les alquiló a los Kirchner inmuebles en Río Gallegos y acordó supuestos préstamos millonarios a tasa cero de interés durante años.
El pago de esas habitaciones por Báez, sin embargo, ocurrió entre 2010 y 2011, es decir, hasta sólo unos meses después del fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner.
Pero cuando el medio reveló esa operatoria, la familia presidencial desplazó a Valle Mitre SA, una firma de Báez, del gerenciamiento de los hoteles Alto Calafate y Las Dunas.
En los nuevos documentos que obtuvo el medio porteño, en cambio, consta que, tras la salida de Báez, los Kirchner optaron por avanzar con López, quien acentuó su expansión en los últimos años, no sólo en sus áreas tradicionales, el juego y el petróleo, sino fundamentalmente en los medios de comunicación.
A su participación en radios y canales de televisión, durante las últimas semanas sumó a su imperio el diario Ámbito Financiero y las productoras más emblemáticas de la década kirchnerista: Pensado para Televisión (PPT), con su programa 6,7,8, y La Corte Producción Audiovisual, que transmite los actos de la Presidenta y Fútbol para Todos.
Así, mientras Báez ya no alquila habitaciones en los hoteles presidenciales, la operatoria de los Kirchner con López continúa vigente hasta hoy y consta en las facturas. Para eso la familia presidencial utiliza a Los Sauces SA, en la que, hasta su muerte, Néstor Kirchner controlaba el 45 por ciento de las acciones; la Presidenta, otro 45 por ciento, y Máximo, el 10 por ciento restante.
Contrato en dólares
Esas facturas de Los Sauces SA exponen varios datos salientes. El primero, que los alquileres se fijaron en dólares, aunque cada mes se convirtió a pesos al tipo de cambio oficial vigente en el momento del cobro. Una práctica habitual para inmuebles en el barrio de Puerto Madero.
Así, por ejemplo, la factura "A" de Los Sauces número 09 del 1° de junio de 2014 se libró a nombre de una de las empresas de López, Inversora M&S SA, por el alquiler de la oficina ubicada en el 8° "D" del Madero Center, con entrada sobre la calle Juana Manso 535, "y 5 unidades complementarias de cocheras", de la 054 a la 058.
Por esa oficina en dúplex y las 5 cocheras, López acordó pagar 27.500 dólares, al tipo de cambio que en junio de ese año se fijó en 8,11 pesos. Así, aplicado el IVA, Los Sauces facturó por 269.860 pesos. Pero ese valor subió a 285.166,75 pesos en enero de este año, cuando el tipo de cambio trepó a 8,57 pesos, según la factura 040 de Los Sauces.
Así, sólo por el alquiler del 8° "D" y las 5 cocheras, y sólo entre junio de 2014 y enero de este año, los Kirchner embolsaron unos 2,2 millones de pesos de López por medio de Inversora M&S, que integra el Grupo Indalo, cuyo domicilio comercial es en el piso 7 de la avenida Córdoba 657 de la ciudad de Buenos Aires.
A este primer bloque de facturación, los Sauces sumó un segundo alquiler por otro dúplex, el 4° "L", en el complejo Madero Center, pero que se optó por cobrar a otra empresa de López: Alcalis de la Patagonia.
Esta segunda operatoria también se fijó en moneda extranjera, aunque por un monto más bajo. Fue por 7500 dólares, que en junio de 2014, por ejemplo, se pesificó a 8,11 pesos y que sumado el IVA arrojó un total de 73.598 pesos.
Con el dólar oficial en paulatino ascenso, el alquiler de ese departamento de 400 metros cuadrados y con entradas sobre el Dique IV y la calle Macacha Güemes al 330 ascendió cada mes. Así llegó a 77.772,75 pesos en la factura 0041 de enero de este año, por lo que en total generó ingresos a los Kirchner por otros casi 600.000 pesos en apenas 8 meses.
Teléfonos que unen
Los vínculos que unen a la Presidenta con López exceden, sin embargo, las facturas. También los registros telefónicos de ambos departamentos del Madero Center aportan más indicios en la misma línea.
Así, para la oficina del 8° "D" figuran cuatro líneas que en los registros figuran a nombre de Inversora M&S SA. Pero al llamar se activa una respuesta automática de Administración Austral SA, otra sociedad en la que López figura junto con sus hijos Cristóbal Nazareno y Emiliano.
Para el departamento del 4° "L", en tanto, sólo consta una línea y figura a nombre de una mujer, Rafaela Karina Rubin. A su vez, ella figura en los registros de la Anses como empleada en relación de dependencia de Oil M&S, una petrolera que integra el conglomerado de López.