“La reiteración de comisión de delitos en menores es un fenómeno que denuncia que la primera intervención no dio resultado”, expresó el defensor de Pobres y Menores del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Arsenio Mendoza. “En la reincidencia hay culpas de todo el mundo y me pongo en primer lugar a la hora de asumir responsabilidades”, acotó y dijo sentirse parte de “un equipo de bomberos que sale permanentemente a apagar los incendios” dadas las condiciones de la población destinataria de los programas. Asimismo, instó a reformular el actual sistema legal punitivo de los menores en conflicto con la ley y argumentó que “el castigo no sirve para nada”.
En diálogo con el programa A Quien Corresponda que se emite por Radio Del Plata Paraná el funcionario no dejó de lado su cuota de responsabilidad en la problemática de los niños y niñas en condiciones de pobreza que delinquen en reiteradas oportunidades, aún luego de ser castigados por el sistema.
“A veces somos como un equipo de bomberos que sale permanentemente a apagar los incendios”, comparó y agregó que muchas veces “se mira el acomodamiento del sistema judicial desde el número de expedientes y no desde la realidad”.
Explicó también que cuando nace un bebé es crucial “que alguien sea la guía y contención de la criatura” e insistió en la necesidad de contar con un equipo técnico especializado para tal fin para que no existan fallas en la comunicación.
“Si no se pone toda la carga en los primeros meses de vida de la persona la cuestión falla después”, explicó y brindó especificaciones técnicas respecto del desarrollo del cerebro y otras funciones que sustentan dicha afirmación. En ese sentido se preguntó por “qué tipo de sociedad se fabrica si se sigue actuando de esta manera”.
Acto seguido hizo hincapié en el pedido de la Justicia hacia el Consejo Provincial del Menor (CPM) para que este último tome parte en cuestiones tutelares. “Hasta 1954 los menores estaban a cargo del Estado, pero eso cambió desde la presidencia de (Juan Domingo) Perón”, comentó y detalló luego –con puntillosidad- cómo fue evolucionando el sistema hasta su estado actual. “Hay que preparar un esquema autónomo de responsabilidades y modificar el sistema penal, porque el castigo no sirve para nada”, afirmó.
“A veces se mira la problemática desde el globalismo trasnacional donde pesa lo económico sobre el derecho de las personas”, criticó y señaló que allí radica el punto central del debate: “La historia siempre fue así. Cuando las leyes no convencen son pura literatura o fantasía”. Recordó con tono firme que “las sociedades que progresan achican el Código Penal” y agregó que sigue creyendo “en el Derecho, en la Justicia y en las salidas alternativas pacificadas”.