Sergio Urribarri dedicó buena parte de las horas de los últimos días en bosquejar lo que sería su nuevo gabinete a partir del 10 de diciembre. Después de la euforia del domingo -por el contundente triunfo electoral que lo ubica por cuatro años más en el cargo y la ratificación de confianza a Cristina Fernández por el buena parte del electorado nacional- tomó papel y lápiz y encerró en su residencia a escasos colaboradores de confianza para el nuevo armado. “Hay que hacer cambios; de hombres y mujeres, pero también proyectar varias cosas de acá al 2015”, ordenó.
En el mismo sentido, el análisis tras la contienda electoral que plasma el triste retorno a casa de figuras emblemáticas del ámbito provincial. Ellos, los derrotados pasarán a ser, a partir del 10 de diciembre, los nuevos desocupados de la política entrerriana, en referencia -claro está- a quienes recibieron el rechazo de las urnas y deben dejar sus actuales cargos. Dirigentes como Busti, Halle, Varisco, Cusinato, Luchessi, Berthet, Gaitán, Jodor, Zacarías y D'Ángelo encabezan la boleta de la derrota, aunque la nómina de afectados sumará algún centenar de políticos más en todo el territorio provincial.
En la columna de análisis político, el peronismo que hace y deshace. Es tentador aventurar que los sucesos ordinarios encierran alguna dimensión histórica, lo que los reviste de una significación mayor. Así, después del domingo se puede pensar que en Entre Ríos se acabó para siempre la era de los caudillos que hegemonizaron la política provincial desde la reinstauración democrática de 1983. Retirado Sergio Montiel, derrotado Jorge Busti, se concluye que ha comenzado un nuevo tiempo que entre sus novedades incluye la consolidación de una nueva generación. Quién sabe. Pronosticar a cuatro años, o a dos, encierra en la Argentina y en Entre Ríos la posibilidad de equivocarse feo. ¿Quién hubiera apostado por el actual estado de cosas hace un par de años? Pero el tercer lugar de Busti, relegado por poco por los radicales y desairado por mucho por los peronistas, es tan noticia como el hecho de que Sergio Urribarri capitalizó para sí la reforma constitucional acordada hacia finales del mandato anterior y estrenará personalmente la cláusula de la reelección consecutiva.
Además, las inquietudes de la primera mujer electa como intendenta de Paraná. Más que Blanca dice transparente, Blanca Osuna, confió a ANÁLISIS los rasgos principales de la gestión que iniciará el 10 de diciembre e insinuó las líneas en torno de polémicas decisiones del actual jefe de la comuna, José Carlos Halle, que revisará. Prometió transparencia como respuesta a un déficit en ese sentido. Adelantó planes de descentralización en la administración, participación ciudadana, notables obras de infraestructura y acuerdos con entidades y gremios muy distintos de los que frecuentan hoy al Ejecutivo. Además, subrayó los programas que desarrollará en dos rubros vitales que involucran a la juventud en especial.
También, el veredicto histórico y el fin de la impunidad: el Tribunal Oral Federal de Paraná leyó el viernes la sentencia del primer juicio oral y público por delitos de lesa humanidad desarrollado en la provincia. Cinco de los seis imputados fueron condenados por sustracción de un menor de diez años y alteración o supresión del estado civil de los mellizos, pero el monto de las penas y la absolución de González generaron cierta disconformidad en los organismos de derechos humanos. La querella ya anunció que apelará la decisión del Tribunal.
Asimismo, un informe sobre tabaquismo en las mujeres. Cigarrillos light: cosa de mujeres: en las últimas tres décadas la cantidad de mujeres que consumen tabaco ha ido en aumento en los países donde existen poblaciones con grandes necesidades económicas, blanco de las campañas publicitarias de las tabacaleras para captar reemplazantes de los adictos al cigarrillo que van desapareciendo mortalmente del mercado. En Argentina hay 4 millones de fumadoras y del total de personas que fuma en Entre Ríos, el 56 por ciento son mujeres.
Por otro lado, la polémica por la instalación de centinela electrónica en espacios universitarios. Enorme inquietud causó en la comunidad de la Universidad Nacional de Entre Ríos, la controversia por la colocación de un sistema de cámaras de vigilancia en los pasillos de la Facultad de Trabajo Social. La iniciativa, impulsada por la decana, finalmente será tratada en el Consejo Directivo ampliado tras el revuelo mediático. Pero en rigor, este tipo de propuestas de control electrónico no son nuevas, aunque distintas han sido las posturas adoptadas por otras unidades académicas. En Económicas, ocho cámaras funcionan desde hace dos años, mientras en Educación, la carpeta para colocar los dispositivos que presentó una empresa de seguridad privada, ni siquiera pensó ser considerada. La Policía Federal no cuenta con personal ni consenso para custodiar estos espacios de jurisdicción nacional.
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