Estuvieron presentes Patricio Alvarez Daneri, Ludmila Beker, Silvia Razzeto y José Cardoso, miembros del jurado, el viceintendente Carlos Caballier, el secretario Jefe de Gabinete y Gobierno Germán Grané, la directora departamental de escuelas Marta Landó, el vocal del Consejo General de Educación, Héctor de la Fuente, concejales y funcionarios municipales.
“Siempre tuvimos claro que este proceso debía ser lo más transparente posible, por eso es que convocamos y nos acompañaron en todo momento personalidades de nuestra ciudad que tienen el respeto ganado por su trayectoria en educación e instituciones intermedias” sostuvo Bahillo, y agradeció a la comisión organizadora de las bases del concurso diciendo “gracias por acompañarnos en la primera etapa tan importante para los gualeguaychuenses”. Posteriormente el intendente agradeció a los integrantes del jurado por llevar adelante el proceso de selección de los trabajos.
Cabe destacar que el Departamento Ejecutivo Municipal elevará el proyecto de la bandera al Concejo Deliberante para su posterior oficialización en el recinto.
Fundamentación del jurado
Los miembros del jurado realizaron una fundamentación sobre el proyecto elegido a partir de la elección unánime del ganador. Las razones fueron las siguientes:
En la fundamentación, el autor describe su diseño como:
“…. La serpenteante presencia de tu río,
El ondulante horizonte de cuchillas,
La leyenda de tu origen,
La pujanza hecha historia, Gualeguaychú…”
Describe los colores señalando:
“Verde de campos y naturaleza
Amarillo de playas y sembrados
Celeste de cielo y agua”
Por su parte, el jurado considera que, por su impacto estético, la originalidad en la distribución de los componentes de la imagen, la síntesis entre forma y color haciendo alusión a elementos y características locales y regionales de un gran valor simbólico para los gualeguaychuenses como lo es la leyenda del origen de la ciudad, el río, lomadas, playas y sembrados y las once estrellas que representan a cada Distrito del Departamento, el diseño propuesto bajo el seudónimo “YAGUARiSITO” es el elegido por consenso unánime.
De acuerdo a las Bases del Concurso, que en su Artículo 7 define: “… que el Jurado podrá sugerir modificaciones que completen el proyecto de la obra ganadora”, se considera oportuno indicar al autor la posibilidad de modificar el color Celeste de fondo propuesto (Pantone 98-1-1 C) por una tonalidad alternativa que aumente el contraste e incorporar en una suave línea, el rojo federal característico de la idiosincrasia de nuestro pueblo.
Se consideran apropiadas, distintivas y representativas, las figuras utilizadas como elemento principal del diseño de la bandera, por cuanto:
El símbolo del Toro y la Víbora nos remite a la Leyenda de la Fundación de Gualeguaychú, escrita por Fray Mocho, cuando el perfil tradicional de la ciudad se desvanecía con los aportes de la inmigración europea y los cambios operados en la región al finalizar el siglo XIX.
El sencillo relato publicado en las páginas de “El Noticiero”, en julio de 1890, pellizcó la memoria colectiva, la nutrió con imágenes y valores distintivos, resignificando antiguas experiencias vividas en el áspero ambiente montuoso del sur entrerriano.
El proceso de poblamiento hispano-criollo en la zona se inició hacia 1750, cuando fueron desarticuladas las resistencias indígenas y era necesario arraigar habitantes en el litoral para anular las pretensiones portuguesas en la región. Familias jóvenes ingresaron al territorio desde espacios de antigua colonización, como Santa Fe, Buenos Aires y las ex Misiones jesuítico-guaraníes. Buscando satisfacer objetivos diversos, construyeron sus ranchos, trabajaron la tierra, domesticaron ganados. Ellas decidieron construir una capilla pública como núcleo de una comunidad dispersa, intentando luchar con Fe, contra la soledad. Esta capilla, elevada a Parroquia por gestión del Obispo Fray Sebastián Malvar y Pinto, acunó el proyecto de plantificar San José de Gualeguaychú en 1783.
Durante más de un siglo, las familias patricias alimentaron cotidianamente sus sentimientos de pertenencia, de identidad. Seguramente intentaron transmitir en acciones las impresiones de los cabildantes de 1802 cuando expresaron al Virrey tener la certeza de ser considerados..."vecinos de honor y de mérito (…) quienes han servido al Soberano desde su fundación… con la espada, para expulsar a los charrúas y luego con hachas para desmontar el suelo (…) y no hubo jamás motivo de molestias a la Superioridad (Libro de Acuerdos del Cabildo de Gualeguaychú, 18 de noviembre de 1802)
Evidentemente, Fray Mocho conocía todo esto y se permitió estimular la imaginación de los vecinos con un relato original, ahora transformado en delicada herencia alada.
El Toro y la Víbora en la bandera de la ciudad es, no sólo un guiño de complicidad con el caracterizado escritor local, es un alarde identitario que eleva la visión para quienes aprecian vivir en …”esa región del mediodía en que los reflejos de la luna parecen impregnados de purísima tristeza”.