Más allá de esta disminución, los referentes del sector no están muy preocupados por dicha baja. Es que la presente siembra fue un 6 por ciento más alta que la campaña 2009/10 y la del 2010/11 fue récord nacional en más de cien años de producción de arroz. Es decir, comparativamente, se trata de un muy buen año.
El dato llamativo es que las dos provincias que lideran el ranking, Corrientes y Entre Ríos, disminuyeron la superficie de siembra; pero las que le siguen, Santa Fe, Formosa y Chaco, aumentaron los terrenos destinados a este grano.
Las variaciones ocurridas responden a varios factores tales como fuente de agua para riego, tipo de energía utilizada para el bombeo y altos costos de producción, con su consecuente reducción de la competitividad del productor argentino, según consignó Época.
Entre Ríos si bien presenta una oferta de agua más estable, tiene la complejidad y costo del bombeo por pozo (más del 70 por ciento de su área) y la posibilidad de sembrar otros cultivos.
Mientras, en Corrientes, el estado de las represas al momento de planificar y ejecutar la siembra no eran del 100 por ciento como lo fue en igual circunstancia en la campaña pasada. Esta situación provocó una disminución del área sembrada sobre todo en las zonas productivas que utilizan estas fuentes para irrigar el cultivo de arroz (60 por ciento de su superficie se riega por represa).
Las provincias que aumentaron su superficie sembrada presentan fuente de agua segura (ríos) y en su mayoría energía eléctrica para el funcionamiento de los motores de las estaciones de bombeo.
Por último, el alto costo de producción es transversal a todas las provincias, intensificándose más para aquellas chacras que utilizan gasoil como fuente de energía para sus bombeos.