Fue en 2009 cuando la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) se vio envuelta en una durísima confrontación interna a a raíz del debate en torno a la aceptación o el rechazo de los fondos mineros, recursos que la empresa La Alumbrera destina a 40 universidades nacionales en lo que constituye un dilema ético nunca resuelto, según señala PáginaPolítica.

En septiembre de 2009, el Consejo Superior vivió una jornada de alta tensión que terminó con escraches, acusaciones cruzadas, denuncias de amenazas y una votación mayoritaria en el cogobierno de la UNER en favor de aceptar esos recursos.

Este martes, otra problemática ambiental reflotó aquel debate sobre la minería que había pasado al freezer. Fue a raíz del fracking, la lucha contra este método de exploración y la violenta represión de Gendarmería, en Concordia, el 3 de agosto pasado de la que fueron víctimas dirigentes ambientalistas que impedían el paso de camiones que transportaban máquinas de prospección sísmica a la República Oriental del Uruguay.

Uno de los ambientalistas detenidos por las fuerzas de seguridad, Facundo Scattone Moulins, es estudiante de la Licenciatura en Ciencia Política de Trabajo Social y militante de la agrupación PUA. Dio su testimonio ante el Consejo Superior que sesionaba en Villaguay. Pero no era la primera vez que exponía una problemática ambiental ante el cuerpo. Ya en 2009, a propósito de los fondos mineros, planteó su postura rechazando que la institución acepte los recursos de la empresa contaminante.

“El Consejo Superior repudió la represión del 3 de agosto y, además, se resolvió que la UNER va a dar la discusión en las facultades para que se tome una posición con respecto al fracking”, celebró Scattone Moulins en diálogo con Página Política.

Contó que la decana de su facultad, Laura Salazar, lo invitó a hacer uso de la palabra en la sesión. “Comenté que ya había expuesto ante el Consejo Superior por temas ambientales. Conté que lo de los fondos mineros fueron mi comienzo en la militancia ambiental y rescaté que si aquella discusión no se hubiera dado, tal vez hoy yo no estaría en la posición que estoy”, remarcó el estudiante.

“Les dije que saludábamos con mucha alegría que la UNER repudie la represión pero que necesitábamos que se rechacen los fondos mineros, la nueva partida, de 2012, que ya llegó a la Universidad”, dijo.

Según la postura del estudiante “esa aceptación de los fondos de la megaminería constituyen una mancha para la UNER. Nos parece que la Universidad debe ser coherente en este sentido, rechazar el extractivismo, ponerse del lado de los pueblos y no de las corporaciones”.

“Estas acciones deben ir en el marco de una universidad autónoma y crítica, comprometida con las poblaciones que resisten, sean de Entre Ríos o Catamarca en el caso de Andalgalá y los fondos mineros”, remarcó el estudiante ante los consejeros.

En ese marco, el representante de los trabajadores no docentes, Facundo Silva, retomó la discusión para reclamar que el punto respecto del cual la UNER se comprometía a investigar y concientizar respecto del fracking “debía ser para tomar una posición, debía ser un hecho y no una mera declaración formal”.

Finalmente, y por unanimidad, la resolución repudió la represión, se posicionó respecto del fracking pero evitó, al menos en el texto, volver a poner sobre la mesa el debate sobre los fondos mineros. Sin embargo, la polémica sobre los fondos mineros volvió a corporizarse, volvió a poner incómoda a la comunidad educativa de la UNER.

Un problema de autonomía

Además del conflicto ético, la cuestión de la autonomía universitaria se ve afectada por la inversión privada. La universidad, como entidad educativa, debe permanecer autónoma a los gobiernos de turno y las empresas. Los intereses privados metidos de lleno en la educación pública son nocivos. En este caso, las inversiones de las mineras en las Universidades de Cuyo son un ejemplo. Difícilmente los profesionales que formen dichas instituciones lo hagan en el sentido de una educación pública y popular, sino que los profesionales formados serán determinados y condicionados por la inversión privada.