Llegaron con ventaja y en sólo 25 minutos confirmaron la diferencia lograda en Alemania. Con un juego rápido y efectivo, Manchester United venció a Schalke 04 por 4 a 1 y mostró que, pese a presentar un equipo alternativo, será un gran rival de Barcelona, en la final a disputarse en Wembley el próximo 28 de mayo.

Old Trafford sigue siendo la fortaleza de los Diablos Rojos. Jugando como locales, los de Ferguson tienen 24 triunfos y tres empates, por lo que van camino a cerrar la temporada si caídas en casa. Uno de los pilares de esta gran campaña que los ubicó en la final de la Liga de Campeones de Europa y los tendrá como rival del Barca, en una especie de revancha de lo que sucedió en 2009, cuando celebró Lionel Messi y compañía.

A los 25 del primer tiempo, el ecuatoriano Valencia empezó a sentenciar la serie (triunfo del Manchester en la ida por 2-0) con una buena definición ni bien ingresó por la derecha del área visitante. Seis minutos después, Gibson estiró la ventaja con un fuerte remate que fue acompañado por un error de Neuer, el arquero de Schalke, da cuenta Cancha llena.

En un verdadero ida y vuelta de goles, Jurado le dio algo de esperanza a los alemanes, a los 34, cuando puso el 2 a 1. Pero la serie ya estaba liquidada y sólo fue necesario que empiece el segundo tiempo para que Manchester se aproveche de los espacios de Schalke. Anderson se puso el traje de verdugo y liquidó a los germanos a los 26 y a los 30 de la segunda mitad.

Después, Valencia, Owen y Evra tuvieron en sus pies la posibilidad de ampliar la goleada, pero no había tiempo para más. Sin Rooney, ni Chicharito Hernández, ni Ryan Giggs, y con la tranquilidad de un buen resultado afuera, Manchester se floreó en casa y le dejó un aviso a Barcelona: será un rival a la altura de las circunstancias.