Salto Grande continuará generando energía al mínimo de su capacidad durante varios días más, debido a que en lo inmediato no se producirán lluvias suficientes para revertir la bajante en la cuenca del río Uruguay, según los pronósticos que manejan los responsables de la represa. La crisis afecta especialmente a la República Oriental del Uruguay, cuyas autoridades no descartan recomendar a la población que restrinjan el consumo de electricidad.
El vicepresidente de la delegación argentina ante la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM), Eduardo Harispe, detalló ayer que el caudal que por estas horas ingresa a la represa es de 700 metros cúbicos por segundo. Este volumen resulta exiguo si se la compara con los 4.622 metros cúbicos por segundo que constituye el caudal medio –según los datos que la CTM publica en su página web– mientras que los valores extremos de los que se tiene registro son 37.714 y 109 metros cúbicos por segundo.
Harispe explicó que actualmente el complejo hidroeléctrico genera entre 3.200 y 3.300 megavatios por hora, bastante menos que los 45.000 que constituyen la capacidad plena. Aunque por momentos se llegan a poner en funcionamiento hasta tres turbinas, éstas trabajan en conjunto en un ritmo equivalente al de una máquina.
Este estado crítico que existe desde hace unos 20 días se ha desencadenado por la prolongada sequía que existe en la región, lo que hizo que la cota del embalse sea hoy de aproximadamente 31 metros. El nivel máximo es de 35 y el mínimo para poder generar energía es de 25.
“Las perspectivas de lluvia son muy pobres. Lo poco que ingresa se turbina y se mantiene el lago a 31 metros. Tenemos que seguir en estos niveles, porque si generamos más bajaríamos demasiado el embalse”, indicó Arizpe al diario Uno. En cuanto a los problemas que sufrirían las localidades ubicadas al sur de Salto Grande para la toma de agua necesaria para efectuar el proceso de potabilización, el funcionario manifestó que esto está asegurado hasta con un mínimo de evacuación de 400 metros cúbicos por segundo.
En la Argentina la falta de lluvias suma un problema extra a la crisis del gas, del que se nutren las generadoras térmicas. Pero el principal perjudicado es el Uruguay, donde el directorio de la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE) ya maneja la posibilidad de exhortar a la población al ahorro voluntario de energía eléctrica. La preocupación radica en que de Salto Grande sale el 60 por ciento de la energía que se consume en el vecino país, que también tiene una limitada posibilidad de importar desde Brasil, cuyas represas también están golpeadas por al sequía.