
Una seguidilla de robos se produjo en la escuela Raúl Jorge Bueno y dejó a su comunidad educativa muy preocupada. Desde noviembre hasta la semana pasada les entraron a robar en cuatro oportunidades, según publicó Uno Entre Ríos.
En la última ocasión, los policías de Robos y Hurtos recuperaron todos los elementos, pero en las anteriores se llevaron herramientas para talleres de capacitación que no aparecieron y ahora no saben si este año podrán comenzar. La apoderada de la institución, Isabel Erminda Bueno, reclama más presencia policial y que la Municipalidad limpie los matorrales de la zona de las vías, por donde los ladrones llegan y luego salen con el botín.
“Vinieron dos veces en noviembre, otra vez en diciembre y la semana pasada. En el primer robo entraron a herrería. Al otro día vinieron, rompieron un armario y vaciaron todo el material de peluquería, así que este año no sé si lo abriremos porque no tenemos secadores de pelo, planchitas, máquinas de cortar, nada, y ahí fue que se llevaron el equipo de música y venía la fiesta de fin de año. Tuvimos que pedir prestado el equipo de música, micrófonos, todo”, lamentó Isabel Bueno.
“En aquella oportunidad le dijimos a la Policía, lo vieron a fulano de tal, le dimos todos los datos y no nos recuperaron nada. Y esta vez (por el miércoles) fue increíble, los chicos de Robos y Hurtos recuperaron todo, realmente los felicito”, dijo la apoderada de la escuela, y agregó: “Pero nos rompieron mucho, entraron al taller que creíamos que no iban a entrar nunca y el lugar por el que entraron”. Se refiere a un hueco muy pequeño que hicieron en una de las puertas.
Hugo es el encargado de mantenimiento general de la escuela, y también se siente afectado por los sucesivos robos: “Te da una impotencia...”, dijo, y refirió también al problema de la parte trasera del edificio: “Al fondo está la vía, es un monte y pueden ‘trabajar’ tranquilamente”. Isabel contó que “fue un profesor a pedir personalmente a la unidad municipal el desmalezado, le dijeron ‘mañana vamos’, pasó una semana y no han venido. Si a nosotros nos desmalezan el fondo, no cualquiera puede esconderse ahí, lo ven por avenida De las Américas, los vecinos. Nosotros no podemos pagar un guardia que se quede acá, y si la Policía pasa por enfrente tal vez vea esto retranquilo, pero el tema está atrás”.
Según la información que recibieron, uno de los ladrones es un chico de 12 años de pequeña estatura y flaco, que pudo ingresar por lugares estrechos, incluso la vez que más sorprendió fue cuando entraron a una de las dependencias de la escuela por una ventana superior que tiene como mucho una hendija de 20 centímetros.
En este sentido, se remarca el problema de la droga y las adicciones, como trasfondo de los robos que sufren por parte de chicos y adolescentes del barrio. En este sentido, Isabel recordó: “Esta escuela la fundó mi padre para ayudar al barrio, para que el que no llegue al centro tenga una salida laboral, este año va a cumplir 22 años”. Además, la apoderada remarcó que la institución se sostiene a pulmón: “Yo estoy aquí ad honorem y en nombre de mi padre, que tuvo la genial idea de hacer esto, los otros trabajan y tienen sueldos bajísimos, y estamos todos los días arriesgándonos, entre balas y peleas de una banda con otra. Tenemos 14 talleres, este año agregamos albañilería y carpintería, tenemos 200 alumnos, la voluntad está puesta en ayudar al barrio para que la gente tenga una salida laboral, incluso vienen de otros barrios, de Cerrito, Oro Verde y Diamante”.
También hubo alumnos que sufrieron robos, ya que algunos salen a las 21 y han sido víctimas de arrebatos. En el relato de lo que les ha sucedido, los integrantes de la escuela cuentan, ya entre risas, que hasta se robaron los cordones de unos botines que habían dejado, pero no el calzado.
Apelan a la solidaridad
El taller de peluquería, al que asisten muchos alumnos, fue el más afectado por los robos, ya que se han llevado varios elementos y que son muy costosos. Por eso, para poder arrancar el cursado del mismo este año, en la escuela Raúl Bueno esperan poder contar con esas herramientas, para lo cual apelan a la solidaridad de quien pueda colaborar: secadores de pelo profesionales (se robaron seis), planchitas y cortadoras. También se necesitan herramientas de mano para los otros talleres que también sufrieron robos.
“A nosotros cada cosa nos cuesta una barbaridad, somos una escuela privada porque pertenecemos al Arzobispado, pero nos mantenemos con lo nuestro. Encima lo que nos costó 1.000, ellos lo venden en 100, y para comprar un secador de pelo tengo que organizar un bingo porque salen caros”, explicó Isabel Bueno.
Foto: Uno.