Dice Bruno Rossini en la sinopsis: los actores se disfrazan de nosotros mismos para personificar las batallas que solemos protagonizar al cuestionarnos nuestras raíces y golpear con sordas manos las paredes de tanta estructura impuesta.
Este uno que juega a ser tres, acude a Girondo, para justificar la febril búsqueda por los rincones de nuestra conciencia de la mejor versión de nosotros mismos, de un yo que explote desde adentro, y entre escombros construya una estructura ajena a lo social, a lo gregario.
A modo de espejo, desnuda el comportamiento humano y critica la esquematización obligatoria a la que nos empuja una sociedad que solo se entiende apelando a la unidad, asesinando el yo.
Quizás Girondo estaba ebrio de lucidez cuando nos interpelo a “comprobar que la vida se arranca y despedaza los chalecos de fuerza de todos los sistemas” confiado en “que todas las riquezas se encuentran en nosotros y no bajo la tierra”, o quizás supo ver que la única respuesta al asfixiante todo es un corpóreo yo, te invito, entonces, a la explosión de vos y tanto yo.
Actúan: Santiago Marcos, Nicolás Rigoli y Lucía Ocaranza
Vestuario y Escenografia: Ignacio García Albarido, Victoria Santoro, Matias Hartman (y pinceladas de Susan Glass)
Dirección General: Vanesa Pressel
Para asistir a la función, sólo con reserva previa a vanesapressel@gmail.com