Sionista sufrió muchas intermitencias durante el primer tiempo y la falta de regularidad en su nivel de juego le provocó serios dolores de cabeza. Arrancó bien, con decisión y precisión, pero a medida que pasaron los minutos el juego de equipo tuvo fallas notorias, adelante y atrás.

Hubo una clara diferencias en los primeros minutos. Sioni trabajó mejor en conjunto, mientras que San Martín se apoyó en la muy buena mano del extranjero Beitzel, un jugador chico de estatura pero grande en condiciones ofensivas. La creatividad colectiva de la visita se vio empañada en el cierre del primer cuarto, lo que fue muy bien aprovechado por el dueño de casa para sacar la primera luz de la noche (25 a 20).

El mal comienzo del primer segmento se sumó al mal inicio del segundo chico. Sionista fue un cúmulo de imprecisiones, se desdibujó por completo y los correntinos supieron distanciarse. Beitzel bajó un cambio pero aparecieron otras opciones, lo que le posibilitaron a los dirigidos por Leandro Ramella escaparse a 12 unidades (32 a 20).

A la visita otra vez le costó mucho poder romper la zona que le propuso su adversario. Hace tiempo que esta defensa es un serio problema para el elenco paranaense. Movió bien la pelota, pero no estuvo preciso para definir. Problemas para convertir adelante, inconvenientes de concentración atrás, provocaron que Sionista se viera resquebrajado.

Con más actitud que básquet el conjunto paranaense achicó a 34 a 28. A partir de ahí el partido se hizo nuevamente parejo. Un poco de San Martín, un poco de Sionista y el juego que no tuvo un claro dominador. El Centro se entusiasmó con un buen ingreso de Fabricio Vay y así cerró mejor de lo esperado (46-44 abajo).

Aquel repunte sobre el final del primer tiempo no se pudo sostener en el tiempo. Salvo Villegas, quien entró enchufado y se hizo cargo de las ofensivas, el resto no estuvo a la altura de las circunstancias, por lo que Sionista otra vez fue una estructura débil.

En el arranque del complemento la visita empató en 51, pero de repente quedó abajo 62 a 54. El equipo paranaense otra vez perdió la memoria, se quedó sin poder ofensivo y no tuvo idea de cómo salir del mal momento. En vez de sacarle el jugo a aquel repunte, Sionista hizo todo al revés y se desdibujó. Entonces, la desventaja fue cada vez mayor. Primero pasó a ser de 66 a 55 y después la máxima de la noche, 70 a 57.

A esa altura del juego y ante el nivel mostrado, estaba claro que la actitud y la personalidad iba ser fundamental para repuntar un partido que le fue esquivo. La apuesta fue clara y precisa: defender y correr, algo que no hizo durante todo el pleito. El intento tuvo su efecto porque los de Sebastián Svetliza metieron un par de buenas custodias y en transición anotaron. Así, la visita se ilusionó cuando el tablero se puso 74 a 70 para San Martín.

Cuando parecía que el partido se armaba, otra vez llegó el bajón. Desprolijo y apresurado, Sionista se dejó ganar por la ansiedad y nuevamente se equivocó. Clarence Mathews, el mismo que ya fue cesanteado por San Martín, fue la gran figura de la noche. El moreno hizo un partidazo y le dio una mano grande a su equipo, lo puso de pie y con sus conversiones le devolvió tranquilidad. Los correntinos encontraron la manera de cerrar en forma correcta y así se quedaron con la victoria, señala El Diario.