Juan Martín del Potro, quien desde su vuelta a las pistas, venía invicto en su tour asiático, no pudo ante el ahora número dos del mundo, el siempre complicado (10-3 en el historial) Novak Djokovic, quien necesitó de dos horas y 32 minutos para derribarlo gracias a un 6-1, 3-6 y 7-6 (3).
En 34 minutos, Djokovic mostró todo su arsenal en el Qizhong Stadium. Le quebró dos veces a Delpo, quien apenas rasguñó un punto en el sexto juego. Pero el 6-1 fue inamovible.
El segundo chico arrancó con todo. Del Potro encontró los aces ausentes y Djokovic, extrañamente, dejó de hacer pie (literalmente hablando). Se resbalaba, se le iba el cuerpo en raros movimientos. Se fue de partido. El argentino lo quebró en el segundo juego y dio muestra de carácter en el séptimo, con su saque, levantando un 0-40, ganando cinco puntos seguidos y sellando un 5-2 que acabaría en el 6-3.
El último set fue palo y palo, aunque a Delpo le costó cada vez más ganar sencillamente sus servicios. Así y todo, estaba bien plantado. Y seguía generando debate interno en la cabeza del serbio, quien revoleaba raquetas y hasta pateó el reloj de pared del principal patrocinador del certamen en el 3-3.
En el décimo game, el bonaerense levantó dos matchs points y, finalmente, las cosas acabaron por decidirse en tiebreak. Allí, Djokovic echó el resto y acabó venciendo 7-3 para la explosión del balcánico y la toalla a la altura de la cabeza para Juan Martín, señala Olé.