El primer set estuvo marcado por una paridad absoluta. Con un ritmo vertiginoso y alternando los puntos cortos típicos de esta superficie con extensos peloteos, no se sacaron diferencias en 57 minutos. El argentino tuvo un punto de quiebre a favor en el séptimo juego, pero no pudo. La situación se le volvió en contra sacando 5-4, quedando 15-40. Salvó el primero con un ace y luego, una rareza: devolvió mal la última bola de un exigente rally con el francés y parecía que ahí se le había escurrido el primer set. La TV ya se había ido a la tanda pero Del Potro pidió el Ojo de halcón y cuando volvió la transmisión estaban 40-40 y con el argentino todavía en pie. Concentrado, zafó, pasó al 5-5 y luego alcanzó el tie-break. Allí la paridad siguió y se definió por 10-8, con una devolución de Simon que se fue muy larga. El ¡Vamos! de Delpo retumbó en la cancha número dos.
La situación no cambió en el segundo. Pero esta vez sí Del Potro cedió. Fue en el tercer juego, cuando el francés aprovechó su tercera chance para quebrar y se fue al cambio de lado en ventaja. En su banco, el argentino no dejó oculta su bronca y se reprochó el traspié. Sabía que se venía un set en el cual iba a tener que pelear duro para emparejarlo. Estuvo cerca en el sexto juego, pero no pudo. Luego, sacando 30-30 y 2-4 en games, la lluvia dijo presente. En segundos, la lona cubrió el césped y hubo que guardar las raquetas, consigna Clarín.
Delpo es uno de los dos argentinos que todavía sigue en carrera en el cuadro de singles. El otro es el cordobés David Nalbandian (23), finalista en 2002, quien el jueves superó al austríaco Haider-Maurer (también en cuatro sets) y el sábado chocará con el número tres del mundo, Roger Federer, que le ganó cómodo al francés Adrian Mannarino (55°). El de Unquillo ganó ocho de los 18 encuentros que jugaron y espera expectante este nuevo choque: “Es un partido atractivo, por supuesto. Volver a jugar con él es bueno”. Federer, que busca su séptimo Wimbledon con el que igualaría el récord de Pete Sampras, se impuso en el último duelo entre ambos en la final de Estoril de 2008.