Una línea eléctrica de alta tensión -que une las provincias de Santa Fe y Entre Ríos- fue puesta en peligro esta semana: el miércoles a la madrugada cayó, en medio de la tormenta de fuertes vientos, una torre metálica que pertenece a la Empresa Provincial de la Energía de la vecina provincia.
Todo indica que el robo de perfiles metálicos de su base causó el desplome del gigante reticular, ahora con parte de sus brazos y su base retorcidos por el golpe. Se ignora aún cuándo pudo ocurrir el robo del metal.
La torre soporta líneas de 132 kilovatios que, tras cruzar el río Paraná, llega hasta Paraná proveniente de Calchines. A la línea, la opera la EPE en territorio santafesino, la empresa nacional Transener para cruzar ese río y luego la compañía eléctrica provincial entrerriana.
Según publicó El Litoral, el grave daño fue advertido por la EPE tras la tormenta de esta semana, pero seguramente pudo haber ocurrido varios días atrás. Fotos de los operarios que fueron a constatar lo ocurrido y hacer reparaciones provisorias muestran óxido en el metal cortado.
Se trata de la estructura Nº 15, que -según lo anunciado por la EPE- se va a reparar la semana próxima. Por ahora, la línea funciona, aunque sólo con una terna.
Del accidente no puede culparse al clima, sino al vandalismo. Es más, la temperatura promedio de estos días colaboró al bajar la demanda, lo que permitió a las empresas de Santa Fe y Entre Ríos no interrumpir el servicio.