Un joven de 14 años se quitó la vida al arrojarse al vacío desde un edificio de 12 pisos de altura ubicado en el centro de Concepción del Uruguay. Las primeras investigaciones y testimonios de personas que estaban en el lugar hacían dudar a la Policía de que el hecho fuera un suicidio. Luego se descartaron tales alternativas atentas a que los testigos no habían visto nada, sólo manifestaban suposiciones, pero para entonces la trágica determinación ya se había transformado en una noticia.
Como es de comprender, el suceso causó profundo dolor y consternación, sobre todo por quien fue el protagonista, un chico de una conocida familia uruguayense, que para nada hacía pensar que podía reaccionar de esta manera.
Nadie entendía lo sucedido y en un primer momento se pensó en un accidente de tránsito, presumiéndose que el conductor de algún rodado habría escapado luego de embestir al adolescente.
Inmediatamente de ocurrido el hecho se pidió la intervención policial y de un servicio de emergencias, pero lamentablemente nada se pudo hacer. En cuestión de minutos el lugar se llenó de vecinos y familiares de la víctima, muchos de los cuales –en evidente estado de shock– pedían a gritos el traslado y la localización del supuesto conductor.
Los trabajos periciales realizados en el lugar, que fue perimetrado, corroboraban que no había indicios de un accidente de tránsito y se comenzó a investigar la posibilidad de que el chico se hubiera arrojado al vacío, lo que finalmente quedó certificado.
Al parecer el menor se había retirado antes de ir a la escuela y tras dejar una carta en una de sus carpetas subió al edificio donde vivía y subió a la azotea, para luego arrojase al vacío desde casi 40 metros de altura. En el lugar se vivieron escenas de profundo dolor e incomprensión, lo que dificultaba el trabajo de los especialistas, pero luego se logró calmar a la gente y con la presencia de la jueza de Instrucción número 1, María Cristina Calveyra, y su secretario, se culminaron las tareas y se procedió al traslado del cuerpo a la morgue del hospital Justo José de Urquiza.
Con la intervención del médico forense y el policial, se realizaron los estudios correspondientes y se tomaron radiografías para establecer fehacientemente las características de las lesiones y los causales del deceso. Tras lo actuado por los facultativos, se corroboró que se trataba de un suicidio. (Uno)