Por Jorge Oscar Daneri
(Especial para ANALISIS DIGITAL)
Así se advierte, que sobre lo que nos explota en las manos, por errores o negligencias, por apresuramientos o razones poco claras, los procesos sociales y políticos se suceden en el marco anárquico de causa efecto, lineal, cuando la complejidad de los mismos es más que sustantiva y de urgente atención. La falta de un espacio sistemático de diálogos de saberes, se agrava aún más por la fuerte hegemonía política existente, lo que expone, entre otras cosas, la necesidad de buscar espacios que puedan fortalecer la labor parlamentaria y más aún la democracia participativa.
Si se conociera la política ambiental provincial, sus prioridades y metas, sus objetivos y visión, si por lo menos se puediera ser parte de los debates sobre el saber de lo que se trata, los escenarios de conflictos estarían mas gestionados por el conjunto de los actores diversos involucrados.
Pero no es así. El movimiento de esta crisis de civilización, en nuestros lugares de vida, nos lleva, sin agenda, sin las reglas de juego claras, al conflicto, a la confrontación, a la defensa o resistencia ante un poder que casi no cuenta, porque esconde o porque no tiene nada que expresar, solo una secuencia anárquica de acontecimientos que incluso y en buena hora, no puede controlar. Pero también imposibilita escuchar, intentar comprender. Y es allí la necesidad de transparentar la agenda, por pobre o demasiado ambiciosa que pueda ser.
Pero la verdad, seguro que parcial o limitada de estas letras, es que la agenda sobre sustentabilidad está en la nueva Constitución Provincial, en lo que nos toca. Debería ser el programa de Gobierno, que tan positivamente no tiene derecho de autor, porque fue fruto de fantásticos acuerdos casi unánimes en todo lo referente a sustentabilidad ecológica, económica y social. Solo entonces, de lo que se trata es de socializar, compartir y debatir la agenda sobre sustentabilidad de la gestión actual.
¿Cual es la razón para no avanzar?, ¿para no convocar, para no compartir?.
Ahora sí, parece ser el tiempo de convocar al Consejo Económico y Social de la nueva Constitución, tan clara en sus artículos 53 y 68. Parece ser la herramienta por excelencia democrática, que pueda superar la ausencia de lo que ya no puede quedar en silencio, porque lo más hermoso de la política esta sucediendo. Mucha gente se esta haciendo cargo de su propios compromisos y convicciones, ya no delega más, asi porque sí, resiste, se queja, busca, suma, crece, madura, vuela y siente, sueña, y vuelve a sentir.
El Consejo Económico y Social, es un desafio que la realidad socioambiental de la Provincia, la cuenca y la mesopotamia sur, construída por la gente y sus organizaciones, no puede esperar, porque todo se articula, se baña en sinergias fantásticas, nobles o corruptas, y allí, la gente y sus organizaciones quiere estar, ser, soñar y hacer.