Antes del juego el principal interrogante estaba centrado en si el local sentiría el esfuerzo por haber jugado en la semana por la Libertadores -está en semifinales-. Eso no pasó y casi que no hubo partido porque el equipo de Gareca lo ganó de punta a punta y casi sin despeinarse, ante un rival que si todavía tiene chances de esquivar el descenso directo es porque compite con un paupérrimo Huracán.
Vélez lo empezó a ganar a los 25 de la primera parte, gracias a una definición exquisita de Santiago Silva, quien recibió de Zapata y, desde fuera del área, definió por sobre la cabeza de Monetti, que estaba adelantado. Sin embargo, antes ya había hecho méritos suficientes como para ponerse arriba porque lastimaba por las bandas con el Burrito Martínez y Augusto Fernández, siempre muy bien acompañados por el indescifrable Moralez.
Lo de Gimnasia era realmente muy pobre, casi no cruzaba la mitad de la cancha y le ponía todas sus fichas a alguna genialidad de Guillermo Barros Schelotto, que este domingo brilló por su ausencia.
El trámite no varió tras el descanso, pero Vélez pese a su inmensa supremacía no lograba liquidar el juego y eso siempre es un problema. Augusto Fernández se lo perdió dos veces, y a los quince minutos, en su primera llegada seria, casi lo empata Córdoba, quien desde inmejorable posición cabeceó desviado.
Sobre los 36, Loustau cobró un penal de los que hace una semana atrás no veía -infracción de Oliver Benítez sobre el Burrito Martínez- Moralez lo cambió por gol y se bajó la persiana en Liniers. El puntero goza de muy buena salud, informa TyC Sports.