Cuatro ambientalistas permanecieron detenidos hasta el mediodía de este lunes y, en ese marco, uno de ellos, Bernardo Zalisñak fue víctima de golpes y de amenazas con el uso de picana, por parte de personal de Gendarmería que lo instaba a firmar un texto en el que, según leyó, se autorizaba a recabar sus datos.
Zalisñak, de 66 años, decidió abstenerse de declarar, por consejo de su hijo, Jacobo, que es abogado al igual que su hija Bernardita Zalisñak, dirigente humanista de Concordia.
Los cuatro militantes ambientalistas fueron dejados en libertad al mediodía, pero se les inició una causa en la Justicia Federal. “Los únicos que ganaron son las multinacionales”, dijo el dirigente a Pagina Política e instó a que “los uruguayos pueda tomar la posta de la lucha ahora”.
“Podría decirse que fui torturado –dijo–. Nunca pensé que una fuerza de seguridad del Estado, en democracia, pudiera actuar de este modo”, dijo y dio cuenta de empujones, golpes, patadas en los tobillos y amenazas hacia los cuatro detenidos. Y agregó: “Me amenazaron con una picana. Y golpean bastante bien para no dejar marcas. Tuve una revisación y quedaron marcadas, sí, las patadas en los tobillos. Lamento que una institución que yo creía respetuosa de los ciudadanos convierta todo esto en una versión de la ESMA, en un día y medio. Pasé por la ESMA”, dijo y describió que “hasta usan la tortura psicológica de que venga una bueno, entregue cosas, venga uno malo después. Lamentable”.