Los reyes impíos y los derechos laborales
Si usted, lego lector, en algún momento de su vida racional, política y adulta ha tenido la pretensión de hebraizar su espíritu y sus creencias para pasar por judío y conocedor de la Torá -aunque no se haya decidido a poner en juego su pitilín, pequeño favorcito necesario para concretar su preferencia religiosa- debería de tener en cuenta la