5 de Noviembre de 2020 - 21:04

“La violencia institucional es una materia pendiente”, dijo Brizuela.

Por Mónica Portillo, especial para ANÁLISIS.

En el marco de la Campaña Nacional de Arte y Derechos Humanos que impulsamos desde la Unión Nacional de Artistas Visuales (UNAV), quisimos consultar qué opinan quienes trabajan en la temática desde el propio Estado. Para ello entrevistamos a Delfor “Pocho” Brizuela, quien es secretario de Derechos Humanos de la provincia de La Rioja. Y le preguntamos ¿cómo es trabajar en un organismo de Derechos Humanos en plena democracia?, porque convengamos que este tipo de instituciones –en Argentina- surgieron como órganos del Estado en otro momento político del país, y también ¿cuáles son los derechos que hoy en día los ciudadanos reclaman por sentir que son vulnerados? Sus respuestas tan valiosas como el acento vocal que lo caracteriza como habitante de la región riojana, abarcan un abanico de derechos que oscilan desde la violencia institucional hasta el derecho a las telecomunicaciones. Nos contó también su trayectoria de trabajo en el tema y opinó del arte en relación a los derechos.

--¿Cómo es hoy trabajar desde el organismo que usted dirige?, ya que este tipo de instituciones surgieron en el país en un momento político muy diferente

--Sí, lógicamente porque los Derechos Humanos van de la mano con una democracia real, no solamente formal, sino una democracia con esencia, con contenido, y la lucha por los DDHH, la conciencia de esa lucha en la Argentina, ha tenido que ver con la etapa de ausencia de democracia durante la dictadura militar, en el momento traumático del terrorismo de Estado. (*)

--¿Cuáles son hoy en día los derechos por los cuales más reclaman los ciudadanos, para que desde el Estado se los aborde?

--Por supuesto que cada territorio tiene particularidades, yo creo que es muy fuerte como responsabilidad del Estado, que por un lado es quien vulnera los derechos humanos, como en este caso voy a citar, es el tema de la violencia institucional. En todas las provincias hay muchísimos casos, que se multiplican. No puede generalizarse que sea una práctica naturalizada en las fuerzas de seguridad, por ejemplo, o en los órganos del Estado como son los Centros de Salud Mental, Terapéuticos, o también a veces Centros de Adultos Mayores, la Infancia, pero la violencia institucional es una materia pendiente y además es un mal endémico de la democracia, y eso hay que curarlo. Por eso estamos trabajando mucho en la formación en las fuerzas de seguridad y en otros organismos que tienen trato directo con personas en situación de riesgo, y también en una Ley que establezca ciertos criterios sancionatorios para la violencia institucional. El otro tema sigue siendo la continuidad de los Juicios de Memoria, Verdad y Justicia, es decir de Lesa Humanidad porque vemos que ha aflorado una onda expansiva de ‘negacionismo’ y por eso es necesario poner coto con la Justicia -no con la venganza, sino con la Justicia-. El otro punto son los discursos de odio: odio que va ligado al racismo y discriminación –allí interviene mucho el INADI-; y todo lo que tiene que ver con las redes sociales y los medios comunicación , y los discursos de odio que generan violencia en la sociedad, en las familias y en las comunidades. Otro punto para mí a tenerlo muy presente es la violencia de género y la comunidad diversa, como objeto de maltrato, discriminación y violencia, que desde lo legal está bastante protegido porque hay mucha institucionalidad que ha crecido alrededor de ese tema y hay legislación, pero sigue siendo un problema, y un problema cultural en algunos casos. El otro tema son derechos económicos, sociales y culturales que afloran y tienen que ver por ejemplo con el tema de los pueblos originarios: el territorio, la tierra, el agua y el ambiente como derechos humanos, de las comunidades originarias y de las comunidades campesinas. En la Argentina al ser cuantitativamente muy minoritarios los hemos dejado de lado, pero hoy vuelve a resurgir la problemática campesina, el avance de la frontera agrícola que expulsa campesinos nativos que van perdiendo sus tierras títulos precarios que tienen, pero que tienen un reconocimiento en la legalidad, en la ley, pero que igual los ‘llevan por delante’ grandes emprendimientos mineros, petroleros o agrícolas-ganaderas que sacan del campo al pueblo originario en algunos casos, o al pueblo campesino en otro, o los dos a la vez. Y otros derechos que afloran en la cultura y realidad actual son los derechos a los servicios públicos esenciales, como energía, el agua y, ahora se suman los derechos a la tecnología y comunicaciones, las TIC. Y a eso hay que verlo porque tienen que tener por lo menos un acceso universal, es un derecho que tiene que ver con la educación, la integración y con la igualdad de condiciones.

--En relación a la propuesta de Arte y Derechos Humanos que lanzamos desde la UNAM, ¿qué les parece a ustedes que los artistas nos avoquemos a trabajar en los 30 puntos de la Convención Internacional de Derechos Humanos?

--En relación a la iniciativa de la UNAV con este tema de Derechos Humanos me parece excelente. El arte siempre ha sido una expresión y una capacidad de difundir que han tenido los organismos de derechos humanos, incluso cuando el Estado no los reconocía tanto. ¡El arte ha servido de mucho! El teatro, el Teatro por la Identidad, el Arte Visual con las esculturas, expresiones en las calles como han sido los pañuelos, las siluetas, los murales que se hacen muchísimo y que tienen un gran valor comunicacional, significante y que ayudan muchísimo a la conciencia colectiva; y por eso me parece muy buena la propuesta de la UNAV de tomar todo el articulado de la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas del año 1948 y poder ponerle una expresión artística. Acá en La Rioja, en mi caso siempre hemos promovido cuestiones artístico-culturales ligadas a las efemérides, a los eventos, a los momentos de concientización de derechos humanos, como fueron la violencia de género, la violencia institucional, el tema del terrorismo de Estado en paredes, esculturas; en la Universidad se ha hecho muchísimo y todo ha generado una empatía muy grande con sectores sociales y con agrupamientos que representan colectivos artísticos, para vincularlos, así que me parece bárbaro. Igual por supuesto apoyo la Ley que están proponiendo: la creación del Instituto Nacional similar a al Instituto Nacional del Teatro, el INAV (Instituto Nacional de Artes Visuales), también para los artistas visuales y una ley que los proteja es también una cuestión de derechos humanos que se concreta; así que por supuesto el respaldo y apoyo, ya lo hemos hecho por escrito y que lo vamos a difundir como una manera concreta de trabajar por los derechos humanos.

(*) Su trayectoria:

“A mi tocó allí estar actuando, trabajando desde el llano, desde organismos, porque aquí en mi provincia como en todo el país fue muy duro y nos tocó a muchos de nosotros atravesar esa experiencia tan tremenda, tan ignominiosa de la dictadura militar. Y ahí yo empecé a ‘militar’, primero porque soy familiar y muchos de mis parientes se exiliaron, otros fueron presos políticos, y tenemos en la familia 5 desaparecidos, pero uno apareció al recuperar la identidad de Ben, nacido en cautiverio, que es el nieto 121, hijo de una de las hermanas más chicas de mi mamá, que aún está desaparecida. Y después me tocó actuar en Tucumán a partir del ’78 cuando me fui allí a estudiar y me involucro en organizaciones que estaban medio en la clandestinidad, llenas de resquemor, básicamente unidas por la necesidad de saber algo, que alguien informe, era una etapa como muy básica, pero que fue de mucha cohesión interna porque había un objetivo muy claro: averiguar de los seres queridos, de golpear puertas, de hacer pedidos por cartas, etc. Y ahí estuve con el origen en Tucumán, que es una de las provincias más afectadas de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, después en el MEdDH (Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos) de una índole más asistencial, y después también tuvimos el origen de Madres, del SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia) cuando le dieron el Premio Nobel a Adolfo Pérez Esquivel, eso ya era el año ’81. Después atravesé la democracia ya en La Rioja, en distintos Organismos de la Sociedad Civil, no pertenecientes todavía al Estado; tuve alguna participación en la Comisión Provincial por la Memoria, cuando se elaboró el Informe de DD.HH. en el año 1984-1985, que fue muy bueno, muy positivo. Y después bastante avanzada la Democracia, en el 2003-2004 me incorporé a otro tipo de organismos, y en 2007 participé activamente en la Legislatura -como legislador-, en leyes que tenían que ver con los temas de DD.HH. En el 2013 fui designado Secretario de Derechos Humanos hasta la fecha. A través de esa trayectoria creo que la Democracia puede profundizarse, encaminarse, tener densidad, calidad, cuando los DDHH atraviesan los procesos democráticos de punta a punta”.

Sobre la Campaña del Arte por los Derechos Humanos

Edición del Primer Libro de DD.HH. con Perspectiva del Arte, Argentina 2020

¿Cómo participar? 1) Elegí 1 de los 30 artículos de acá: https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/

2) Adherí a las propuestas generales de la UNAV: Impulsar la sanción de la Ley Nacional de Jubilaciones y Pensiones para Artistas Visuales de Argentina; y Creación del INAV (Instituto Nacional de las Artes) en el link: https://bit.ly/FormularioAdhesionesUNAV

3) Inscribite y mandanos la foto de tu obra antes o hasta el domingo 15 de noviembre/2020

La Campaña del Arte por los Derechos de la Humanidad, será presentada públicamente en redes el próximo 10 de Diciembre/2020, Día Internacional de los Derechos Humanos. Como sabemos ese día se conmemora el día en que la Asamblea General de las Naciones Unidas promulgó la Declaración Universal de Derechos Humanos -en el año 1948- proclamando sus principios como “un ideal común para todos los pueblos y naciones”. Por lo cual es un día muy especial para manifestarnos como en todo el mundo, por los derechos y la dignidad, y como rechazo a toda forma de pobreza, desigualdad, violencia, exclusión y discriminación. Pero además para los argentinos, ese día representa el retorno a la vida Democrática Argentina.