-Humor de perros. El hombre no estaba cómodo. Se lo veía mal, parco, con el ceño fruncido y la mirada fija en la mesa. Demoró en atenderlos, y cuando llegó no saludó, ni siquiera se sentó. Algunos dirigentes juveniles se sintieron sorprendidos. Lo conocen pícaro e intimista, y siempre al cabo de algún contacto se sonreían por la rapidez y la astucia empleada para seducir. No lo reconocían en esos trances. Esa es una pequeña pintura del ambiente de atonía que invadió el Salón de los Gobernadores el pasado lunes en el marco de una reunión de Jorge Busti con jóvenes. Se limitó a intimarlos a trabajar por la reforma. ”…Ahora estamos jugados, hay que militar por el sí en la consulta, no queda otra...”. No dijo mucho más que eso, despegó sus manos de la mesa, y dio por terminada la entrevista. Los compañeritos de la JP se sintieron desolados, habían hecho un esfuerzo en congregar a ese puñado de jóvenes como ellos, y entusiasmarlos en la reunión con el mandatario. Ese líder que desaparecía por el pasillo rumbo a su despacho no parecía ser Busti. El patoterismo y la prepotencia, en dosis importantes -y en el primer plano de lo público- no formaban parte de los ingredientes con los que el gobernador amasó su popularidad. Sin embargo, consciente o inconscientemente en los últimos tiempos ha recurrido a ellos. El parto de la Ley que reglamenta la Consulta Popular en nuestra provincia deja la imagen de un justicialismo cerril y prepotente. Los rostros de los diputados Emilio Castrillón (PJ-La Paz) y José Ángel Allende (PJ-Nogoyá) -que fueron los voceros en el frustrado debate- son su perfil más nítido. La sesión de la Cámara de Diputados en la madrugada del día martes fue una muestra de un oficialismo ganado por el tremendismo. Un tropel de legisladores lanzados a imponer el número y ofrecerle alguna ofrenda a su jefe. En plena estampida no supieron aprovechar la posibilidad que le regalaba la presencia única de la diputada opositora, Lucy Grimalt y cerraron rápida y torpemente la ocasión de vestir la sesión de amplitud y del debate de ideas. Pero bueno, las cosas son como son e ideas no hay. A pocas horas de tener la aprobación del Senado el gobernador de la provincia promulgaba la Ley Número 9.610, con el tema en cuestión. Desde varios perfiles la Ley puede ser atacada en su constitucionalidad y la oposición fundamentalmente expresada por la Unión Cívica Radical, activará los recursos correspondientes, de manera que otra vez una cuestión esencialmente política quedará en manos de los jueces y de la peor manera pues estará tironeada por las facciones en punga.
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-Convivencia. La convivencia política provincial comienza a tomar un curso preocupante. Ya la decisión de sancionar sin consenso una norma que reglamenta institutos fundamentales de la democracia moderna, apelando exclusivamente a la prepotencia de los votos partidarios constituye un acto contradictorio. La tolerancia que debe dar un marco amplio al debate político institucional queda a las puertas de la Legislatura. La Ley Nº 9610, de dudosa constitucionalidad, como bien lo reconoció el secretario de Justicia ante los intendentes justicialistas, tendrá vigencia en tanto el despliegue de argumentos desde el Poder Ejecutivo hacia el Poder Judicial tenga acogida favorable. El desenvolvimiento del proceso es francamente imprevisible. Es indudable que el PE confía en su poder de presión sobre la Justicia, de manera que no trabe el arribo a la convocatoria reformista. El escenario institucional que se perfila con ese rumbo es sombrío y remite a épocas pasadas no tan lejanas. La prepotencia y el avasallamiento a la oposición y el toqueteo oscuro con sectores del Poder Judicial hace caminar al gobierno de espaldas a las expectativas que la sociedad depositó con su voto en las elecciones del 23 de noviembre del 2003. Jorge Busti no puede ignorar que fue el signo de la tolerancia y el diálogo lo que hizo que una gran parte de los entrerrianos le extendiera un nuevo cheque en blanco luego de la catástrofe montielista. El salvajismo demostrado en algunas actitudes y declaraciones pisotea esos canteros. La actividad política es generalmente el devenir de quehaceres conexos; no hay conductas aisladas que queden encapsuladas en una jornada: Por el contrario, desencadenan otras y otras, todas relacionadas. Y a veces el punto de partida se presenta lejano lo que dificulta el retorno.
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-La sombra de Montiel. Es indudable que el mentado congreso radical tuvo vasos comunicantes con la mezcla de atonía y desconfianza con los que la sociedad olía un manejo demasiado oscuro de toma y daca a la que se había reducido la propuesta de Reforma Constitucional. El problema es que esa conexión entre el radicalismo y la sociedad se realiza en el formato propuesto por Sergio Montiel. Entonces, por más que en esa circunstancias el impulso del caudillo fue certero, es de mera circunstancia pues a la larga acarrea para la propia UCR más dolores que alivios. A los pocos días el Foro de Intendentes Radicales concurrió a la convocatoria del gobierno traspasando las alambradas tendidas por el Congreso que prohibía a cualquier autoridad del partido dialogo con el gobierno por la reforma. Es que aquella posición irracional no contempla las necesidades ni de los entrerrianos, ni de sus propios intendentes que necesitan de una relación lubricada con el gobernador para transitar su gestión sin mayores sobresaltos. Esta necesidad vital trasciende el manejo más lento o más diligente que puedan tener las remesas de la coparticipación. El progreso de una gestión municipal se apoya en la proyección de obras de infraestructura que requieren de financiamientos difíciles de conseguir cuando se esta de punta con el gobernador de turno. El propio financiamiento del fabuloso endeudamiento municipal en las épocas de plomo de los noventa y luego con Montiel y Fernando de la Rúa, no pueden encontrar desahogo sin un trabajo mancomunado entre el municipio, la Provincia y la Nación.
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-Algo de seriedad. En los momentos de mayor tensión el ex candidato a gobernador por el Nuevo Espacio Entrerriano salió al ruedo con una declaración mesurada convocando al gobernador a tomar una ruta constructiva de diálogo y convivencia. De esta manera, Emilio Martínez Garbino se proyecta por sobre el enriedo de los radicales y como una figura ineludible en el acontecer político provincial. El Nuevo Espacio -sin mayores parloteos- pareciera tener una más correcta percepción del temperamento que mayoritariamente anida en la sociedad. Esta, no quiere quedar empantanada en pujas que poco entiende. Más bien antes, como se sostiene en la carta abierta de Emilio Martínez Garbino a Busti hay toda una agenda de temas pendientes que hacen al mejoramiento de la calidad de vida de los entrerrianos. El Nuevo Espacio sostiene, y el sentido común -con contundencia- indica que esto es así, que las demoradas respuestas que impulsen un mejoramiento en la situación social de la provincia, y fundamentalmente en los servicios de educación, salud, seguridad y justicia puede y debe iniciarse ya. Tomar medidas en ese sentido no requiere de reformas constitucionales. Busti, que aún en situaciones extremas sabe barajar las cartas que le permitan mantener la iniciativa, le contestó del mismo modo, y públicamente invitó al ex diputado nacional a iniciar el remanido diálogo.
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-Confrontación y desgaste. Cuando Jorge Busti decide avanzar hacia la reforma constitucional cueste lo que cueste, y echa mano a protagonistas ciertamente impresentables, como un temerario intendente justicialista hizo notar en la reunión con el ministro Urribarri, puede salir demasiado caro. En la última sesión de Diputados, además de la Ley que reglamente la Consulta Popular, Castrillón y Allende pretendían aprobar un proyecto de Régimen Jurídico Básico hecho a gusto y paladar. Las reformas introducidas lo desvirtúan y lo tiñen claramente confrontativo de aquella norma anhelada por la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER). En esa mañana de martes, los dos principales gremios de la provincia denunciaron la maniobra y un diligente maniobreo del diputado Raúl Patricio Solanas (PJ-Paraná) evitó que se consume otra tropelía. Pero si bien se superó la encrucijada, el peligro continúa latente. Bien lo sabe el líder de ATE, Edgardo Massarotti, que con todas las antenas desplegadas marcha hacia el congreso de su gremio convocado para el 31 de marzo. El proyecto de Ley en cuestión define un nivel de confrontación de alto voltaje. La mera expectativa de contar con Ley que defina un ambiente de negociación entre el gobierno y los representantes de los trabajadores públicos, ha permitido ordenar los conflictos sectoriales sin perder un marco de racionalidad que complique la gobernabilidad de la provincia.
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-Coraje y dignidad. Cuando se recuerda el Golpe Militar de 1976 que instaura el Terrorismo de Estado, los relatos del horror rebasan el imaginario social. Siempre hay nuevos testimonios que actualizan la criminalidad de esa máquina del suplicio y la muerte puesta en marcha por Videla, Massera y Agosti. La marcha de esa maquinaria hizo que una noche del 28 julio de 1976 se cortara la luz en el pueblo jujeño de Ledesma. Rompiendo puertas y ventanas, sin reparar en mujeres, niños y ancianos, la Gendarmería y el Ejército se llevaron en camiones a cuatrocientos vecinos. Cuarenta de ellos permanecen desaparecidos. Una tarde Olga Aredes, esposa del ex intendente del pueblo, el médico Luis Aredes también desaparecido, empezó a dar vueltas a la Plaza de su pueblo. Sola, durante tres años llevó adelante este ritual hasta que los organismos de derechos humanos hicieron la convocatoria a la marcha de La Noche de los Apagones.
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