Claudio Cañete

La banda paranaense La Rocka, con cinco año de trayectoria, ya se codeó con diversas estelaridades del rock nacional. Por ejemplo, compartió escenario con Norberto Pappo Napolitano en su última visita a la ciudad poco antes de morir, y con Charly García y Los Ratones Paranoicos. Las características principales de este trío integrado por Sebastián Gómez, Martín Neme y Manolo Martínez es un sonido contundente que los hace dueños de un gran poder de convocatoria. Este mes terminaron de editar su segundo CD, La Rocka Vive, grabado en vivo durante dos recitales el año pasado. La placa -técnicamente muy buena- es la consolidación de una propuesta que es cosa seria y que está para mucho más. ANALISIS dialogó con dos de sus integrantes y gestores del primer lanzamiento rockero del año en la capital entrerriana.

Para distintas instancias de la vida, cinco años puede ser mucho o poco tiempo. Para Sebastián Gómez, Martín Neme y Manolo Martínez fue el período justo para mostrar el talento musical y tomar conciencia de la respuesta de un público que se fue tornando numeroso y fiel, como una comunión musical donde el rockanrroll fue el pacto secreto de ambas partes en cada show.

La Rocka superó su etapa de banda de garage y también pagó derecho de piso en pubs amanecidos. El perfeccionamiento musical, la adquisición paulatina de mejores instrumentos y el haber escuchado con humildad los consejos de las bandas más antiguas les dieron el pase libre para ser referentes en la actualidad. Un amigo de ellos, Ramiro Maradey, líder de Acólitos Anónimos, dijo una frase que quedó plasmada en el arte de tapa del nuevo CD en la que se resume cierta filosofía de la música de la banda: “El exceso de emociones animales y humanas provoca el ingreso a lujosos palacios de trascendente sabiduría. La noche está abierta y La Rocka está viva”. Cosa que se comprueba en cada recital cuando se palpita cierta impaciencia entre la gente que los va a ver y que ya sabe que son buenos cultores de un género que cada vez más requiere de eso: de genuinos gurúes.

-¿Por qué eligieron el sonido en vivo para el segundo CD?
Martín Neme: -Lo vimos como un atrevimiento, nos largamos a hacerlo, y se dio la oportunidad porque íbamos a hacer un recital por los cuatro años de nuestra trayectoria, un show importante. Por eso alguien tiró la onda de grabar ese recital. Esta idea suelta se hizo como un globo gigante que fue tomando cada vez más fuerza y nos largamos.

Sebastián Gómez: -Sí, fue un atrevimiento y después nos dimos cuenta en dónde nos estábamos metiendo. Sabíamos de la responsabilidad pero no de todas las etapas que nos esperaban.

M. N.: -Al no haber una estructura para grabar en vivo, tuvimos que aprender a hacerlo, teníamos que buscar técnicos, equipos y prestar atención en otros detalles más.

S. G.: -Tuvimos que llevar a los dos recitales dos consolas, una para El Corcho Soñez (el técnico de grabación) y otra para el recital en sí. Para Corcho también fue toda una experiencia. Lo que se pensó como un adorno más para nuestro festejo, un registro de nuestro recital, se tornó en algo más serio.

-Y ahora que todo ese proceso de producción ya pasó, ¿cómo lo ven, más fácil de lo que pensaban?
S. G.: -No, la verdad es que fue complicado. Incluso, por el momento económico que pasa el país fue complicado terminarlo y sacarlo a la calle.

M. N.: -Además, tuvimos que sortear un montón de problemas técnicos de la grabación de los dos recitales. Primero manejarnos con la tecnología de la zona, que todavía no llega al nivel de adelanto con el que se manejan en Buenos Aires por ejemplo; tenemos que arreglarnos con lo que hay. Es así que un montón de material se perdió por esas cuestiones. Por ejemplo, por un cable de un micrófono que hacía ruido perdimos seis temas, porque estaban bien tocados pero se sentía una permanente descarga de ese cable que no andaba bien. A lo mejor en Buenos Aires ese ruido se puede sacar, pero en Paraná esas condiciones no están dadas para el equipamiento existente.

S. G.: -Otra que nos pasó es que nos estaba fallando el cable del micrófono del bombo de la batería, y hay dos temas que están impecables desde el punto de vista de la ejecución pero no sale el sonido del bombo, cosa que los afecta musicalmente y no los pudimos incluir.

M. N.: -Más allá de estas anécdotas tuvimos un buen técnico de sonido que revirtió con su experiencia las limitaciones, por lo que estamos muy conformes de cómo salió el disco. El sonido es bueno, rescata el verdadero espíritu de una actuación nuestra ante mucho público. Todos los detalles de espontaneidad están presentes.

-¿Por qué en este disco hay una presencia importante de covers?
S. G.: -Lo que hicimos fue privilegiar la cuestión del sonido. Lo que nos propusimos fue mostrar cómo suena la banda en vivo, más allá de si los temas son nuestros o no. La idea era poner más temas, incluso, La Rocka Vive tiene 11 cortes, pero al final pensamos que con esos era suficiente para ponernos a consideración de quienes a lo mejor todavía no nos conocen.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)