El peronismo provincial frente al desafío de ampliar la representación social o privilegiar posicionamientos personales. La impronta presidencial al momento de conformar las listas. Quién queda enfrente del próximo parlamento kirchnerista. La resistencia del menembustismo. Frente a los reclamos y la movilización; rectificar rumbos de gobierno o escapar para adelante. La intervención al IOSPER. A la obra social la seguirán conduciendo los que la intentan vaciar.
-Oktubre. Luego de la crisis de diciembre de 2001, cada proceso electoral constituye un desafío para volver a constatar si se convierten en cauces por donde canalizar expectativas y deseos. Es que a pesar del quiebre en las tendencias que instaló el modelo de convertibilidad, las desigualdades sociales siguen lacerando la sensibilidad social. Entonces cabe suponer que si los procesos electorales caen en la atonía, en la deserción o el voto negativo, se debe a la ausencia de propuestas que sintonicen con el imaginario colectivo. En nuestra comarca, la expectativa está puesta en el atractivo que tengan las listas que se conformen para diputados nacionales y en qué medida las pujas que crucen la geografía provincial tengan que ver con lo que los entrerrianos piensan y sienten.
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-Necesidades cruzadas. Una vez más el Presidente patea el tablero y él mismo postula que la elección de octubre será un plebiscito a su gestión. Junto con ello adelanta que él mismo se pondrá a la cabeza de la campaña electoral. Por ello no deja día sin dedicar un buen rato al armado de las listas. Distrito por distrito se involucra personalmente con el objetivo de garantizar un parlamento con mayoría propia sin depender del duhaldismo. Así, Buenos Aires ocupa su mayor atención, pero también ha dedicado horas a prefigurar la nómina de candidatos en Córdoba y Santa Fe en donde pretende que la lista sea encabezada por Horacio Rosatti y María Eugenia Bielsa. En esta coyuntura del capitalismo global la Argentina presenta un fraccionamiento social profundo que se expresa en un abanico de urgencias. Claro que luego las urgencias que se teatralizan en los medios de comunicación no respetan jerarquías. Las urgencias que se difunden tienen relación con el poder de poderlas instalar mediáticamente como tales. En este terreno es de suma importancia la fluidez y la dinámica política de los sectores medios de la sociedad. Son ellos los que conectan con el mundo mediático de una manera frontal. Así, publicidades, informaciones, encuestas e imágenes que se promocionan a través de los grandes medios tienen a estos sectores de la sociedad como destinatarios privilegiados. Capital Federal es el hábitat natural de esta fauna que con absoluto desparpajo instala sus gustos y preocupaciones como causas nacionales.
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-El menembustismo. El menemismo que integra el núcleo duro del bustismo empieza a señalar sus molestias con el proceso en curso. José Allende dio el apoyo a la candidatura de Raúl Patricio Solanas en el entendimiento compartido por varios de sus pares de que cuanto más lejos se vaya, mejor. Pero al proponer inmediatamente a la primera dama de la provincia, Cristina Cremer de Busti, como candidata desdibuja el perfil de una potencial lista peronista/kirchnerista y se posiciona como el gran bustista. Con otro soplo de imaginación Emilio Castrillón sugirió la idea de que el peronismo vaya a las elecciones con dos listas, pues asegura que así el PJ se queda con cuatro de los cinco lugares en juego.
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-Chalecos verdes. Tal como se venía pulsando desde la conducción provincial de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), la movilización provincial tuvo un volumen apreciable. A medida que llegaban ómnibus repletos de activistas desde el interior de la provincia, se animaba el tamborileo en las puertas del local gremial. Los chalecos verdes que remiten a interminables jornadas de lucha en la etapa montielista volvieron a levantar consignas, denunciando ahora las amenazas intervencionistas al IOSPER. La nutrida marcha recorrió el centro de la ciudad y luego de un rodeo a la Casa Gris se desplegó firme en la explanada. La primera voz que sonó fue la del secretario general de ATE-Villaguay y delegado por ese estamento al Directorio de la obra social, Osvaldo Blanco. Con frases cortas pero contundentes Blanco destacó la independencia del gremio frente al gobierno para luego lanzar un duro cuestionamiento a los gremios que sustentan a la actual conducción. Reflejando un estado de ánimo inocultable, volvió a resonar en ese espacio lo que alguna vez fue casi un grito de guerra: “¡Y pegue, Edgardo, pegue! Edgardo Massarotti, de él se trata, desmenuzó en conceptos claros un severo cuestionamiento al gobierno provincial. Fue especialmente prolijo en el señalamiento del articulado del proyecto de Ley de Régimen Jurídico Básico que abre las puertas a los manejos discrecionales de los gobiernos de turno. Luego fijó el rechazo a la pretendida intervención del IOSPER, para terminar sacudiendo al gobernador Busti con la pretendida postura de ser “el jamón del sándwich” en el enfrentamiento entre dos gremios, UPCN y ATE.
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-Algo huele mal. El gobernador estaba en Buenos Aires cuando de pronto todos los noticiosos paranaenses lanzaban conteste la noticia de la Intervención al IOSPER. Luego se precisó que la Intervención era una decisión tomada pero que el decreto correspondiente recién se dictaría al regreso de Busti a Paraná. El despliegue mediático no daba treguas prodigando razones que fundamentaban la medida extrema: el déficit, la licencia por enfermedad del presidente Francisco Medero, la virtual acefalía, el no funcionamiento del Directorio, la falta de convenios con los prestadores y los malos servicios. La noticia encrespó la piel de los gremios que integran la Lista Unidad en la obra social, ya que la medida que se anunciaba ignoraba las responsabilidades que le caben en este desmanejo a los diputados provinciales del PJ, Juan Carlos Almada y Allende, y a la propia ministra de Salud, Graciela Degani.
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-Misceláneas de una provocación. La medida constituía una franca provocación para los gremios que vienen denunciando esta situación desde el interior del Directorio del IOSPER. Tanto AGMER como ATE habían manifestado el rechazo a la intervención y denunciado las responsabilidades del oficialismo. La medida habría tenido más de un punto de origen. Por un lado Allende y Almada, tras la renuncia de Varrone y la más reciente enfermedad del presidente Medero, han quedado sin referentes en el Directorio que puedan sustentar sus posiciones. Graciela Degani, siempre presta a ayudar a la corporación médica, tomó partido por la Intervención con tanta vehemencia que muchas horas después que el propio gobernador había planchado la medida, la página web de su ministerio seguía dando por hecho la medida intervencionista. Ante tanta agua revuelta los legisladores oficialistas no querían aparecer pintados. En reuniones que no pasaron de informales no pocos profesionales del arte de curar, y con estrechas ligazones con círculos médicos diagnosticaban el derrumbe de la obra social.
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-Poderoso caballero. El rechazo contundente de ATE, AGMER, AJER-APLER activó los sensores del gobierno. Quienes saben en el gobierno lo que costó salir del estado de conflicto con el gremio docente se pusieron en línea para testear de primera mano la situación. El secretario de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos, José Carlos Halle, tiene una gimnasia de contacto asiduo con Edgardo Massarotti y cuenta también con un dialogo fluido en AGMER. Así fue que por esas horas se constituyó en un canal por donde el gobierno y los sectores gremiales que sentían la Intervención como una afronta, buscaban salida a una situación artificialmente presionada. Ya por el mediodía del jueves el propio gobernador desde Buenos Aires hacía saber que lo que estaba en la preocupación del gobierno era la situación de la obra social pero que no había decisión tomada. Los gremios de la oposición interna en el IOSPER aceptaban la participación del Ejecutivo en el Directorio como medida que venía a remover la parálisis de gestión ante la ausencia del presidente Medero. Desde ahí, acordar un programa prestacional de transición hasta que la consulta electoral a los afiliados defina la política a seguir. Pero en ese juego el oficialismo fue mostrando las cartas. El correr de las horas demostró la primacía de la posición sustentada por la ministra Degani. La Intervención abarcaba a todo el Directorio para adecuar la estructura de funcionamiento del IOSPER a la Secretaría de Salud. Como zanahoria para los directores salientes se les proponía quedar como asesores consultivos del interventor, una suerte de espectadores de lujo de las medidas que se tomen desde el Ministerio de Salud y Bienestar Social.
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