Jorge Riani

Si el oficialismo no cambia la legislación vigente, en un futuro no muy lejano tendría que comenzar a dar los pasos necesarios para privatizar la nueva empresa de energía. Precisamente, algunas versiones indican que tras la creación de Enersa se sucederá una nueva venta de la flamante firma, aunque –sin salir a desmentirlo abiertamente–el gobierno provincial ha expresado el interés de que trabaje asociada con la empresa de energía de la Nación. Desde Buenos Aires, el kirchnerismo sigue muy de cerca el proceso que envuelve al servicio de energía en Entre Ríos, y eso ha despertado lecturas variadas.

Quienes concurrieron al acto realizado en la Vieja Usina el lunes pasado, con interés de desplegar toda una prédica setentista, estatista y reneguera del pasado privatizador, se quedaron escuchando silenciosamente el discurso del gobernador Jorge Busti. El nacimiento de Energía de Entre Ríos Sociedad Anónima (Enersa) se dio en el marco de un acto importante en cuanto a la convocatoria, pero donde primó un discurso oficial de notable bajo perfil.

Si el gobierno entrega un subsidio en Puerto Yeruá se indica que esta gestión “sigue fortaleciendo a los municipios y juntas de gobierno”; si el aporte económico lo recibe una escuela, entonces se escuchará hablar a la voz oficial del “firme respaldo a la educación pública”. El gobierno acaba de crear una empresa y no hubo ningún pasaje de grandilocuencia en el mensaje que el mandatario desplegó en el acto.

La avanzada que algunos medios paraoficialistas intentaron instalar en favor de “la nueva etapa de una empresa que vuelve a manos entrerrianas”, o los que destacaron “la acción contundente de un gobierno frente a la ortodoxia del neoliberalismo”, se fueron desvaneciendo al avance de las palabras del gobernador que los parlantes amplificaban por todo el auditorio del histórico edificio de calle Gregoria Matorras, donde realizó el acto de lanzamiento de Enersa.

La palabra privatización no se pronunció sino para justificar el contexto por el cual la desaparecida Empresa Provincial de Energía de Entre Ríos (EPEER) se puso a la venta en un proceso que abarcó parte de la gestión de Mario Moine y parte del segundo mandato del propio Busti.

Quienes conocen cuáles son los caminos posibles que se abren para la flamante empresa de energía en un horizonte no tan lejano, indican que puede haber una nueva privatización. Más arriesgados en la hipótesis, otros hombres cercanos al poder aseguran que ésa es la segunda etapa de un proceso que quedará completado durante la actual gestión de gobierno.

“Dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada”, dijo el presidente saliente de la Empresa Distribuidora de Electricidad de Entre Ríos (EDEERSA) y futuro conductor de Enersa, Carlos Molina. De este modo se refirió a que todos los pasos dados se ajustan a las normas legislativas que rigen las formas y los procesos, y que están en plena vigencia.

Ése es el punto. Porque hay quienes observan que si el gobierno provincial decide transitar por los senderos de la legalidad, no tiene otra opción que privatizar en un plazo no muy extenso la recientemente nacida Enersa. Porque para sostener la empresa en el Estado es necesario aprobar una ley que deje sin efecto las vigentes leyes provinciales números 8.915 y 8.965, y de esto nadie ha dicho una sola palabra.

Conocedores de estas circunstancias, varios días antes de que el gobierno diera a luz a la nueva empresa, la dirigencia del sindicato de Luz y Fuerza reclamó que se modifique la legislación que obliga al Estado entrerriano a dejar en manos privadas el servicio de energía eléctrica.

Hay que recordar que la Ley 8.915 –aprobada en noviembre de 1995– habla de concesionar el servicio, mientras que la 8.965 –creada un mes más tarde– realiza un cambio de términos, para declarar al sistema provincial de energía sujeto a la privatización.

El secretario general de Luz y Fuerza de Entre Ríos, Sergio Menéndez, propiciaba la modificación legislativa cuando el gremio abrigaba la esperanza de que el Estado reemplazare a EDEERSA por una empresa de economía mixta.

En un encuentro que por más de una hora y media mantuvo este martes el titular de Enersa con los senadores justicialistas, Molina detalló cada uno de los pasos que siguió el Poder Ejecutivo entrerriano para llegar a la sanción del Decreto 2.154, que dispuso la caducidad de la concesión de la empresa de energía y el otorgamiento de la prestación del servicio de electricidad a la nueva empresa entrerriana.

La información de prensa legislativa apunta que al hablarse sobre el futuro de la empresa en el encuentro con integrantes de la cámara alta, se expresó la intención de “buscar el mejor esquema de gestión posible”, “encontrar una salida a las demandas del sector rural y del sector cooperativo” y hasta “aplicar un mecanismo de créditos para productores rurales que les permita realizar la instalación del servicio en sus campos”, según la idea de algunos legisladores. Pero el comunicado entregado a los medios no dice nada sobre lo que obliga la Ley 8.915.

Un pasaje destacable de la exposición que el directivo de la empresa hizo ante los senadores justicialistas fue que “todo el proceso se ha realizado manteniendo un permanente contacto con las autoridades nacionales y tratando de insertar a la nueva empresa en el proyecto de Enarsa (Energía Argentina Sociedad Anónima)”. Dijo incluso que es muy importante observar el proceso de puesta en marcha de esta unidad que depende del gobierno nacional.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)