Florencia Penna
Todos los martes, hasta el 4 de octubre, se desarrollará el seminario-taller sobre el concepto de multitud, a cargo de Franco Ingrassia, en el Centro Cultural La Hendija (Gualeguaychú 171). Está dirigido a “todos aquellos que deseen apropiarse de nuevas herramientas para construir experiencias de autonomía (social, cultural, política, pedagógica, económica, sanitaria, etcétera), nuevos modos de vida, nuevas formas de estar juntos en las actuales condiciones de dispersión del capitalismo contemporáneo”. Organizado por Menos Que Cero, fanzine cultural, y La Hendija, el curso se propone realizar una introducción al concepto, a su utilidad para el pensamiento contemporáneo, a partir del establecimiento de sus diferencias y conexiones con otros conceptos que intentan operar sobre lo social (las nociones de pueblo, clase, mercado, red).
En diálogo con ANALISIS, Ingrassia amplió las perspectivas por las cuales se abordará el tema.
-¿Qué permite pensar el concepto de multitud?
-El concepto de multitud, en el modo en que ha venido emergiendo en el pensamiento contemporáneo, permite situar un conjunto de problemas e hipótesis ligados a las mutaciones recientes en los modos de sociabilidad. Resulta interesante porque permite pensar las articulaciones entre las nuevas formas del trabajo, las nuevas configuraciones de lo social, las transformaciones en la forma-estado y las mutaciones del antagonismo.
-¿Cuáles son las condiciones de posibilidad de la multitud?
-Si la multitud es un emergente del proceso sociohistórico, uno podría pensar a las anteriores formas sociales de la fuerza de trabajo (obrero profesional, obrero masa, obrero social) como las condiciones de posibilidad de dicha emergencia. La multitud como experiencia contemporánea de lo colectivo presupone la existencia de flujos de cooperación siempre más intensos, siempre más interconectados.
-¿Qué consecuencias genera la dispersión del capitalismo contemporáneo?
-Más que una pregunta, se trata de una dirección de investigación pero podemos apuntar algunos rasgos esenciales: la primacía de la dispersión en el capitalismo contemporáneo genera un replanteo profundo de las formas de la resistencia desarrolladas durante el último ciclo de luchas (iniciado en el ‘68): el ‘68 fundó una matriz en la que pensar las luchas como resistencia a las prácticas de fijación del poder en condiciones de dispersión, las luchas más que procesos de “desujetamiento” son procesos de composición alternativa de los vínculos.
-¿Cómo se inserta la globalización en este panorama?
-La globalización es una práctica de composición de la vida social del planeta según la lógica de la valorización capitalista, pero ese mismo proceso es el que genera condiciones para la emergencia de la multitud, de las singularidades de cooperar, que construyen lo común.
-¿Por qué la multitud puede construir una experiencia de autonomía? ¿Qué significa experiencia autónoma?
-La multitud puede construir autonomía en tanto es el cuerpo de la cooperación social generalizada, el cuerpo de la inteligencia colectiva. En su lucha antagonista, puede producir composiciones de su fuerza que prescindan de la relación-capital y de este modo autodeterminarse, deviniendo autónoma. Experiencia autónoma es aquella experiencia donde todos los implicados participan en la construcción de las normas que la regulan.
-¿Qué relación podrías entablar con la llamada crisis de representación política?
-Al poner en el centro la creatividad, la innovación, la multiplicación de las singularidades, la multitud resulta ontológicamente irrepresentable. Como forma de lo social, se trata de un proceso inmanente en constante turbulencia que escapa a cualquier fijación representativa. De ahí la crisis de los sistemas representativos.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
