-La continuidad del “No”. Su foto junto al ministro de Gobierno, Sergio Urribarri, había recorrido todos los medios gráficos y digitales de la provincia. Sin embargo, el holgado centimetraje en la prensa no alcanzaba para que la diputada Lucy Grimalt (La Red-Paraná), terminara contenta el fin de semana. La decisión de la concertación Nuevo Espacio de condicionar la concurrencia al diálogo político convocado por el gobierno galvanizaba la postura de la oposición. Matices de distinto tenor colorean un generalizado rechazo al marco de la invitación oficial que tiene un punto de partida en la adhesión al “Sí” logrado en la Consulta Popular. El punto de llegada se ubica en la sanción de una ley que habilite la convocatoria a elección de constituyentes para lograr la reelección de Jorge Busti como cuestión principal. De esa manera, la respetada figura femenina de la Legislatura provincial había quedado demasiada expuesta y no tardaron en lloverle críticas desde los distintos costados de sus propias alianzas. Los cuestionamientos públicos fincaban en la inconveniencia de ofrecerse para una foto que en una lectura “revolucionaria” se asimila con una suerte de claudicación frente a los 18.000 votos que el lema electoral que los nucleó había obtenido en la provincia.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)
-La continuidad del “Sí”. Por necia y obcecada que resulte la actitud de la oposición política cuando frecuentemente parece analizar resultados electorales patas para arriba, o efectúa lecturas sesgadas que tergiversan la verdadera resultante del proceso electoral, se debe convenir que en el caso entrerriano el resultado de la Consulta Popular tiene aristas aún no pulidas. Si los criterios que definían los movimientos políticos anteriores al acontecimiento electoral no se han removido, tiene también algo que ver con esos resultados. El gobierno puede argumentar que una mayoría significativa apoyó con su protagonismo la consulta y avaló con la boleta del “Sí” la convocatoria a reformar la Constitución, pero también hay que convenir que esta conclusión surge forzada, de tal modo que nadie se siente obligado a conmover sus posiciones tradicionales por tales cifras. Pero bueno, la observación del acontecer político entrerriano tiene que dar cuenta también que la única propuesta que da vuelta en la cabeza del gobernador y su staff íntimo, para entusiasmar a sus comprovincianos, es la remanida Reforma Constitucional con reelección incluida. Pareciera definitivamente que a Busti se le imposibilita apostar a otra forma que garantice gobernabilidad.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)
-La interna de la interna. Tan claro es esto que la sola vista de las ayudas que se ofrecen para pujar la reforma, enredan más que destraban. La posibilidad de la reelección se cuece en dos actitudes con fuerte predicamento en la vida interna del Partido Justicialista: el No interno y el ninguneo interno. El intendente de Santa Elena, Domingo Daniel Rossi, soliviantado por un triunfo contundente en sus pagos, salió a plantear una Consulta Popular ¡vinculante! “Dany Querido” tiene muchas dificultades para distinguir lo que es suyo de lo que no lo es, pero -más allá de sus cuentas millonarias en el exterior, producto de la corrupción- le sobra inteligencia como para saber que dicha propuesta no camina por ningún lado. A esta altura, proponer una consulta vinculante no es chicha ni limonada. Entonces ¿por qué la larga?, puede sanamente preguntar algún incauto. Sencillo, para hacer notar su protagonismo, poner en el tapete provincial los resultados electorales que revalidan su liderazgo en Santa Elena y en consecuencia sentarse en la cocina donde se discutirá la sucesión de Jorge Busti con miras a 2007. Pero el más audaz es, sin dudas, el diputado concordiense Enrique Cresto. Rápido como pocos diseñó una propuesta temeraria: un proyecto de ley que elimina la reelección de todo el mundo, desde los municipios de segunda categoría hasta la de diputados y senadores. La envalentonada de Cresto plantea en clave de salvajes que si no hay reelección para Busti, no la hay para nadie. Valorada desde la necesidad de ensayar aprietes a diestra y siniestra, suena como música en los oídos bustistas.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)
-El contragolpe. Naturalmente que estas ninguneadas no alcanzan para embaucar a un zorro viejo como Busti. Así, no demoró ni un minuto más, anunció el plan “B” y explicitó brutalmente la “apretada” adjunta. “Si me dan la reelección, me tienen por cuatro años más, pero sólo por cuatro. Si no me la dan, la pongo a Cristina y en el 2011 vuelvo yo”. Propios y extraños suman, restan y vuelven a sumar, pero siempre les da que cuatro de Cristina Cremer -su esposa- más cuatro de Jorge son ocho de Busti. El escenario de los anuncios fue una especie de festival de subsidios en el relanzamiento del Instituto de Discapacidad, del cual es su titular la ahora protocandidata. La fuerte cobertura periodística oficial incluyó la difusión de foto de Cristina Cremer con el Presidente Néstor Kirchner.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)
-Perfiles. De todas maneras, para que no aparezca como un burdo apriete y nada más, la precandidata se instala como si estuviera en campaña. Naturalmente, como las cosas, según los asesores le calzan, el objetivo de Cristina Cremer de Busti es emular la imagen de Cristina Kirchner y sobre todo la imagen de militante setentista. Así las cosas, en sus primeras declaraciones, donde no niega su candidatura, hace conocer a la ciudadanía que conoció a su esposo cuando los dos militaban en Córdoba en el peronismo revolucionario. Pero en dos agrupamientos distintos, aclara: ella en el Peronismo de Base y él, Jorge Busti, en el Integralismo. “Soy la persona que mejor lo puede llegar a interpretar, puesto que he estado toda una vida junto a él, en todos los momentos”, declaró Cristina con relación a su esposo. El operativo está en marcha.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)
-Derivaciones institucionales. En este derrotero la provincia va como va. Y en ese ir, nada de lo que hay que solucionar con alternativas superadoras, sustentables, definitivas, se soluciona. En el mejor de los casos podrán tomar mayor prolijidad algunas cosas que se estaban haciendo demasiado mal, pero nada más. El gobierno, luego del resultado electoral favorable no ve razones para hacer las cosas de manera diferente. "Si así nos va bien, ¿para que cambiar?", sostienen los más cercanos. Ciertamente que Jorge Busti lleva tiempo haciendo las cosas de esta manera, y mal no le ha ido. Luego, esperar líneas de trabajo diferentes es soñar lo imposible, porque además ocurre que, en cuanto surge alguna nota distinta, sobreviene la carga pesada de aquellos que no quieren que nada cambie, y entonces la sola representación de esas situaciones en la cabeza del gobernador lo inmovilizan. La incorporación del licenciado Jorge Kerz y de Gustavo Bordet fue catalizada por el cráter institucional y político que había provocado el derrumbe de la cuestionada ministra Graciela Degani. Ésta había hecho demasiado mal las cosas; hasta se había distanciado con Cristina, la ahora protocandidata. Tan evidente era la necesidad del raje que nadie se quejó. Pero de no ser así, el aspirante a su cuarto período no se mueve un centímetro.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)
-Lucecitas. Pero a no desesperar. De vez en cuando aparecen chispazos, señales de vida, de que alguien está pensando, y no es mononeuronal. El intendente de Gualeguaychú, Daniel Irigoyen, apareció formulando declaraciones que lo muestran remolcando como puede su pesada mochila, pero con definiciones claras, sencillas, positivas. Señaló que él es reformista, aunque no partidario de cualquier reforma, y por ello está dispuesto a discutirla como también a concurrir al diálogo. La sola presencia de una posición clara de firmeza, de trasmitir decisión política, despierta aplausos. Algo distinto al “No”. Por fin la audacia. Los que conocen a Irigoyen y tienen memoria no se sienten sorprendidos, pues la valentía para definir posiciones es un atributo conocido en el hombre del sur. Pero no es una posición personal. Por esos mismos días su secretario de Gobierno, Sergio Delcanto, había desgranado un balance del proceso electoral no exento de autocrítica y sentido común. Evaluaba que la sociedad había dado un fuerte apoyo al proceso político encabezado por el Presidente Kirchner y admitía que a pesar de que la mayoría de ellos se encolumnaba en ese mismo proceso, la sociedad no había visualizado al Nuevo Espacio como un canal adecuado para expresar esa adhesión. En otras palabras, el electorado que quería apoyar a Kirchner en el proceso electoral de octubre no pensó en la boleta de Nuevo Espacio. Clarito como el agua. Por otra parte, no es de sorprender, pues Emilio Martínez Garbino no hizo un solo gesto que demostrara que tenía interés en ser un canal de apoyo a Kirchner. Pero, además, el propio Delcanto resaltó la labor del vicegobernador Pedro Guillermo Guastavino como el referente de mayor confianza del Presidente en la Provincia. Además de estos pronunciamientos estimulantes por parte de Irigoyen y Delcanto, el proceso electoral en su letra chica deja ganadores que pueden oxigenar la atmósfera política entrerriana.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)
