Alejo Roa

Los interrogantes se multiplican ante la atención profesional en el Hospital San José de Federación. Una mamá interpuso una acción judicial ya que entendió que una supuesta mala praxis en el nosocomio llevó a la muerte de su bebé de cuatro meses.

No son nuevas las denuncias y quejas por el trato profesional en ese hospital, incluso ANALISIS había denunciado los reiterados cobros a pacientes y desmanejos de varios profesionales, con la venia del aún director, Federico Locicero, sin que el ministro de Salud, Gustavo Bordet, haya mostrado señales, al menos, de preocupación.

El jueves 13 de octubre, después de seis paros, a las 4.40 de la madrugada falleció el tercer hijo de Gisela Acevedo. El pequeño Lautaro Ojeda tenía tan sólo cuatro meses.

Si bien no se encuentran respuestas a por qué en el término de dos días a la salud pública entrerriana se le fue una vida, la mamá asegura que a su bebé no lo atendieron con los cuidados necesarios, dada la urgencia que atravesaba su hijo.

Dos días antes del fallecimiento, el martes 11 de octubre, Gisela decidió llevarlo al nosocomio ya que “comenzó a llorar de forma anormal”. Era de noche, casi con el filo del nuevo día. El profesional que intervino le dijo que estaba “hinchado” -según consta en la denuncia- y le recetó un antiespasmódico y Factor AG. Ya nuevamente en su casa, Lautaro continuó llorando: los medicamentos no habían calmado sus molestias.

A las pocas horas, Gisela tomó a su hijo y decidió regresar al nosocomio. Eran las siete de la mañana del 12 de octubre y el bebé llevaba casi medio día llorando incesantemente. En esa oportunidad, otro médico le dijo que se “le estaba por reventar el oído”. Le suministró unas gotas, una dexametasona y un antibiótico. Lautaro continuaba llorando a pesar de la nueva medicación. A las 9.30 el bebé fue atendido por una médica, que se podría decir fue la profesional de cabecera, que le dijo que Lautaro tenía “reflujo”.

-Pero no puede ser, nunca lloró así. Debe tener algo más. Por favor intérnenlo y háganle análisis -solicitó desesperadamente la madre.

Según consta en la denuncia, la doctora le pidió que se tranquilizara ya que se trataba de “reflujo y nada más”.

-De acá no me muevo hasta que le hagan los análisis a mi hijo para ver qué tiene.

A las 10.30 Lautaro fue internado a pedido de su madre y se le recetaron medicamentos para el reflujo y se ordenaron análisis “pero no en carácter de urgente”, señala Gisela Acevedo. Había pasado una hora y como Lautaro seguía llorando, su mamá le solicitó a la enfermera que llamara a la doctora. “Aparentemente le dio indicaciones a la enfermera por teléfono, dado que ésta le aplicó calmantes”, expresó indignada.

A las 16.30 los análisis estuvieron listos. La madre asegura que después de pedirles a las enfermeras “en varios oportunidades” que llamaran a la doctora, recién una hora más tarde ésta se hizo presente y le informó que no sabía qué tenía Lautaro por lo que iba a derivarlo a Concordia.

Una vez en el Hospital Masvernat, al niño se le practicaron análisis, radiografías y ecografías. Pero no pudo resistir más y falleció en la madrugada.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)