Sandra Miguez

El ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, recibió a cuatro periodistas especializados en salud del interior del país y allí estuvo presente ANALISIS. En la entrevista, el funcionario nacional planteó las estrategias y líneas de acción que se implementan en todo el país, como los programas de médicos comunitarios, el combate contra la mortalidad infantil y materna, o la prescripción por genéricos y el consecuente uso racional de los medicamentos. Aunque conciente de la tarea pendiente, González García sostuvo: “Debemos redoblar los esfuerzos para la implementación de programas que son prioritarios”. Una de esas prioridades, sin lugar a dudas, es lo concerniente a la política de salud sexual y reproductiva que en Entre Ríos no ha tenido un desarrollo al compás de la política nacional. El perfil de este ministro ha generado varias confrontaciones, y como suele suceder sus palabras no siempre resultan simpáticas; sostiene “más universidad y mejor universidad no es sinónimo de ingreso irrestricto”.

Quien se acerca al ministro de Salud de la Nación sabe que es un personaje emblemático, con un perfil alto y con una fuerte convicción en política sanitaria que lo han llevado a tener más de un enfrentamiento con sectores que reaccionan a su esquema de trabajo.

Defensor de las premisas que sostienen los grupos de mujeres, como la perspectiva de género, no escatima en resaltar: “Si los que tuvieran que abortar fueran los hombres, el aborto ya estaría legalizado”.

Esta, junto con otras definiciones en materia de salud sexual, le ha generado más de un encontronazo con representantes de la Iglesia Católica, como con el obispo castrense, monseñor Antonio Baseotto, que eligió pergeñar la escandalosa frase “merece que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar”, en clara resistencia a las definiciones que González García persigue en la búsqueda de bajar los índices de mortalidad materna e infantil, entre otros aspectos.

Pero lejos de amilanar el espíritu persistente del ministro, la frase no hizo otra cosa que revalorizar el camino elegido como el correcto, así como su tenaz idea de impulsar en el país la prescripción por genéricos lo llevó al enfrentamiento directo con la industria farmacéutica.

Sin embargo, más allá de las confrontaciones hace alarde del buen humor, disparando una risa franca para coronar una frase ingeniosa, o tomándose en broma sus propias situaciones personales.

El despacho en el que recibió a ANALISIS queda en el tercer piso del viejo edificio de Avenida 9 de julio y Moreno. Allí -según cuenta el mismo González García- se encontraban reunidos Perón y Evita el 31 de agosto de 1951, cuando se decidió el renunciamiento de Eva Duarte a la Vicepresidencia, mientras una multitud aguardaba en el trayecto de la avenida la proclamación. Ginés ha recibido este testimonio de Susana Pomar, la viuda del doctor Ramón Carrillo.

Ese amplio despacho, recubierto por madera, es el que acoge al ministro en cada jornada de trabajo, asistido de cerca por sus colaboradores. Un ministro que se ha propuesto adelgazar, y de hecho ya bajó 18 kilos, para demostrar él mismo la problemática de la obesidad. “Ahora puedo decir que estoy con sobrepeso”, señala, preparado para seguir adelante con la campaña en contra de la obesidad, que además promoverá con énfasis como un eje más de la política de Estado.

Del otro lado del despacho, un cuarto donde podría descansar en alguna siesta porteña para recuperar energías y donde él mismo se encarga de mostrar como un trofeo un cuadro con una camiseta de Racing firmada por todos los jugadores.

Como buen anfitrión, nos muestra los detalles de su lugar de trabajo, conduciendo la mirada hacia un portarretrato de Eva montando a caballo y al pie el general Perón saludándola. “Ésta es una foto especial para mí, porque en ella se ve el afecto en la relación de los dos”, dice.

Parece no ser casual que en ella se vea la figura de Eva ensalzada por la misma ubicación gráfica. La misma elección ha hecho Ginés González García cuando ha privilegiado a la mujer en la política de salud para que no padezca mayores discriminaciones.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)