J. R.
En los tribunales entrerrianos se tramitan miles de juicios por embargos y ejecuciones de sentencias para el cobro de préstamos personales. La multiplicación de expedientes es el reflejo de una crisis, en la que la falta de dinero es sólo un aspecto más del complejo problema. A modo de ejemplo, se puede citar que la financiera “Provencred 2 Sucursal Argentina” tiene 410 juicios presentados en juzgados del fuero Civil y Comercial de Paraná, mientras que “Columbia Compañía Financiera” hizo 347 demandas. El negocio del préstamo en entidades financieras está en la mira de las asociaciones de los consumidores por lo que identifican como cláusulas abusivas. Pero del festival de las ganancias participan indirectamente hasta los bancos. Algunos estudios jurídicos paranaenses han comprado paquetes de créditos morosos para sacarles aún más el jugo a los exprimidos salarios de deudores. En esta nota, ANALISIS también apunta a desenmascarar la cara negra del negocio del préstamo de dinero.
Algo no anda bien. Que una financiera recurra a la Justicia para que cuatro centenares de entrerrianos le devuelvan el dinero que les prestó -capital, intereses, gastos administrativos, honorarios incluidos- constituye un indicador preocupante. Es probable que quien ocupa el sillón más cómodo en torno al escritorio donde se consuma la operación de préstamos tenga una visión diferente y pueda decir: todo anda bien, todo marcha sobre ruedas.
Habrá que admitir, en tal caso, que las financieras toman como ventanilla de cobro el estrado judicial, y que el enlatado edificio de calle Laprida, en pleno centro cívico entrerriano, no es más que la terminal de un negocio rentable.
Ocurre que los juzgados del fuero Civil y Comercial están atiborrados de pedidos de cobro de entidades dedicadas al préstamo de dinero en efectivo. La multiplicación de expedientes es el reflejo de una crisis en la que confluyen la falta de dinero, dificultad para afrontar gastos de servicios elementales de salud y, en algunos casos, hasta una presión desenfrenada por participar de la sociedad de consumo.
Por estas horas en los tribunales paranaenses se tramitan 410 juicios por cobros y embargos presentados por la financiera “Provencred 2 Sucursal Argentina”, comercialmente conocida con el primer nombre de su razón social. En tanto, “Columbia Compañía Financiera” hizo idénticos pedidos por un total de 347 casos. Sólo dos de las entidades dedicadas al préstamo de dinero que operan en Paraná iniciaron 757 juicios, aunque el número global referido a la judicialización de contratos creció al ritmo de la vertiginosa multiplicación de sociedades de crédito para consumo que se ha dado en toda la provincia de Entre Ríos.
“En el mundo de las financieras hay de todo. Están las que se ajustan a lo que indica el Superior Tribunal de Justicia, que reconoce como tope de intereses dos veces y media la tasa activa del Banco Nación, pero que son muy pocas. Y están las que cobran un interés usurero, con cláusulas de contrato abusivas”, observó un abogado que conoce los recodos más cerrados del negocio del préstamo.
Una consulta realizada por ANALISIS entre algunos estudios jurídicos, permite establecer que son pocos los juicios que se tramitan con presencia de abogados defensores que atiendan los intereses de los deudores demandados. “La gente no va a juicio”, resumió un abogado, para rematar con la idea de que “hay muy poca conciencia sobre los derechos del consumidor en forma previa a la contratación”. “Lamentablemente se debe hablar de derecho del consumidor cuando ya está consumado el perjuicio”, se indicó.
Esto es determinante para que desde la Defensoría del Pueblo de Paraná la primera recomendación ante casos de litigio con financieras sea que “se busque un abogado”. Ocurre que cualquier acción, por más orgánica e institucional que sea, resulta insuficiente cuando hay que dar pelea en los tribunales.
Negocio en cadena
La proliferación de entidades de préstamos es proporcional a la marginación bancaria en que cayó gran parte de la población, tras la caída de la economía en 2001. “El negocio es grande y participan muchos. En Entre Ríos se da el caso de que algunos estudios jurídicos y escribanías compren a las financieras el stock de créditos a cobrar. Le pagan entre un 50 y un 60 por ciento del dinero y se quedan con el negocio”, dijo una fuente ligada a la actividad judicial.
Hay que agregar que indirectamente también los bancos participan del negocio en pirámide, donde la base de sostén es el entrerriano que se acerca a un local, aquejado por las deudas y las necesidades.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
