Daniel Enz
(desde Misiones)
Fue el hombre que manejó los dineros del Senado entrerriano entre 1995 y 1999, en la segunda administración bustista. José Maximiliano Crettón Pereyra sigue radicado en la provincia de Misiones y continúa haciendo inversiones. Está a punto de inaugurar un complejo de cabañas, lleva adelante la construcción de un hotel de turismo en la zona de Montecarlo, donde reside, y se mueve en una camioneta 4x4 modelo 2006 que cuesta más de 55.000 dólares, según comprobó ANALISIS. Cuando este semanario denunció sus negocios, a principios de 2000, a partir de dinero desviado del Senado que lideró el entonces vicegobernador Héctor Alanis (PJ), nadie lo investigó. “Yo tengo unos 6 millones de dólares para invertir”, reconoció ante su círculo íntimo en Misiones.
En la lejana Montecarlo no pasa desapercibido. Para casi todos es “el entrerriano con plata” que llegó ya hace algunos años a la provincia de Misiones. Sucede que el ritmo de vida que el ex administrador de la Vicegobernación de Entre Ríos, José Maximiliano Crettón Pereyra, le impone a sus días, no es muy habitual para una ciudad tranquila. Cada vez que estaciona su nueva 4x4 en la Esso o la Shell que están a no más de 10 cuadras de su mansión de calle Corrientes, genera algún comentario. No es para menos: el imponente vehículo, modelo 2006, Toyota Landcruise 100 Padro 3.0 Man, como el que tiene el ex funcionario que cobraba 3.350 pesos mensuales, cuesta 55.393 dólares exactamente. O sea, 166.179 pesos. Es decir: el equivalente a cuatro años de sueldo en el Estado provincial, si aún siguiera en funciones.
“Cuando llegó a instalarse definitivamente a Montecarlo, en su círculo más cercano no tenía problemas en reconocer que había llegado con 6 millones de dólares y en efectivo, para invertir en lo que fuera”, dijo un empresario misionero consultado por este semanario. En parte de ese dinero sucio quizás haya alguna respuesta a la desaparición de 21.196.129 pesos/dólares del Senado entrerriano, en la gestión 1995-1999, según la denuncia formalizada en diciembre de 2000 en el Juzgado de Instrucción que estaba a cargo del ahora jubilado Héctor Eduardo Toloy que, como ex asesor legislativo del bloque del PJ (entre 1987 y 1991), tendría que haberse excusado y nunca lo hizo. Claro está, pasaron los años y la causa nunca avanzó y ahora se encuentra en estudio del juez subrogante, Gustavo Maldonado, ex secretario de Toloy y, al parecer, con otro concepto de lo que debe ser la Justicia en esta provincia, máxime cuando se manejan fondos públicos.
Sucede que cuando ANALISIS denunció periodísticamente a Crettón Pereyra, por sus inversiones en Misiones, los representantes de la Justicia y la oposición -que también disfrutó de esos fondos del Senado en el período de Héctor Alanis como vicegobernador-, miraron para otro lado. Pese a la gravedad de los negocios del ex hombre fuerte de los dineros del Senado, quien estaba sentado sobre las cuentas de Bienes de Consumo y Servicios no Personales que, entre fines de 1995 y diciembre de 1999, manejaron un presupuesto total de 33,6 millones de dólares, que comprendía partidas para contratos de locación de obras, subsidios y asesorías de los bloques de senadores de los partidos mayoritarios.
Crettón Pereyra es oriundo de Montecarlo. Allí fue empleado del Banco Mesopotámico hasta 1980, en que decidió llegar a Entre Ríos e instalarse en Bovril, en el departamento La Paz. “Vino con una mano atrás y otra adelante”, recuerdan los ciudadanos de más edad. Allí lo conoció al odontólogo Carlos Daud y empezó a trabajar políticamente para él. En 1987, cuando Daud (PJ) asumió como intendente de su pueblo, mientras Jorge Busti llegó por primera vez a la Gobernación, Crettón se convirtió en concejal. Pero su paso como edil no se extendió por todo el período; a fines de 1988 pasó a ser uno de los estrechos colaboradores del entonces vicegobernador Domingo Daniel Rossi (PJ), en la Secretaría Privada. Junto al hombre fuerte de Santa Elena -que este jueves tendrá que escuchar los alegatos acusatorios por sus cuentas millonarias en el exterior- hizo sus primeros negocios turbios: participó activamente en una de las operaciones de compra de cajas de alimentos y se transformó en amigo personal del cuestionado proveedor santafesino, Luis Cabral.
Pero tampoco entregó su vida a la causa rossista. Cuando terminó el gobierno hizo una notable pirueta y se hizo moinista. A tal punto llegó su habilidad que fue secretario privado de Jaime Martínez Garbino cuando llegó al Ministerio de Salud y Acción Social con Mario Moine (PJ), a poco de asumir, en 1992. En esos días vivía en la humilde casa prefabricada de calle Miguel David al 1.500, en Paraná. No obstante le alcanzó el dinero para también adquirir una propiedad en Bovril. “La remodeló totalmente y gastó no menos de 25.000 pesos”, se indicó. Como no hay dos sin tres, cuando Martínez Garbino se lanzó como precandidato a gobernador para enfrentarse con Busti, en la interna de 1995, Crettón olfateó la situación y puso todas las fichas al concordiense. Busti le ofreció ser candidato a intendente en Bovril y Crettón no desaprovechó la oportunidad, aunque perdió como pocos. No obstante, de la mano del entonces diputado provincial Sergio Urribarri (PJ-Concordia), Crettón llegó a las huestes del compañero de fórmula de Busti, el crespense Héctor Alanis. Y se transformó en uno de sus principales hombres de confianza, para desembarcar en el Senado y ocupar un sitio clave en el manejo de los dineros, que siempre lo caracterizó, como un hábil ex empleado bancario.
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