F. P.

Por cuarto año consecutivo, Paranámuestra ofrece una imperdible selección de películas del último Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (Bafici). Hasta el domingo se podrá acceder a un material cinematográfico excepcional que por lo general es dejado fuera de las pantallas comerciales. Varios directores invitados y actividades especiales amplían esta edición que se lleva a cabo en el Teatro 3 de Febrero, el Centro Cultural La Hendija y el Auditorio del Círculo Médico.

En abril y durante 10 días se realizó en Ciudad de Buenos Aires el 8º BAFICI, una intensa programación artística que combinó lo clásico con las propuestas más vanguardistas a través de 477 películas exhibidas. De este festival, el más destacado de Latinoamérica en su perfil, Paranámuestra 4 acerca a la capital entrerriana una selección de ese material: 16 largometrajes de varios países como Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Holanda, Suecia, Dinamarca, Japón, España, Perú, México y Argentina, más nueve cortometrajes nacionales. Si bien los números de producciones entre el festival y la muestra distan mucho, significa una oportunidad única de contar en la ciudad con filmes de gran importancia y calidad que no suelen ser estrenados comercialmente. En esta edición, además, se podrán ver las últimas producciones de directores de gran trayectoria como Jonas Mekas, Terry Gilliam, Arturo Ripstein, John Carpenter y Lars von Trier, como así también unas perlitas documentales sobre Ingmar Bergman.

Ayer fue la apertura de Paranámuestra 4 en el Teatro 3 de Febrero, y en el mismo coliseo (25 de junio 60) se desarrollará la jornada de hoy. A las 18 se proyectará El taxista ful, del español Jordi Solé (Jo Sol), donde un cincuentón desocupado encontró una forma de mantenerse en el sistema: roba taxis para trabajar con ellos, devolviéndolos luego a sus propietarios. Al ser detenido, un joven equipo de abogados le sugiere que politizar su situación será la mejor defensa. Pero para hacerlo debe admitir que cometió un delito, algo que va en contra de sus convicciones.

La película lo sigue en su periplo como fugitivo de la justicia y no asumido héroe de la militancia antiglobalización, en un divertido contrapunto con los intelectuales que lo apoyan y le dan cobijo.

A las 20, dos capítulos de la miniserie documental filmada en la casa de Ingmar Bergman (en la Isla de Farö del Mar Báltico) por Marie Nyreröd, será la cita ineludible para los grandes amantes del gran director sueco. Su valor reside por ser la primera vez que abre tanto las puertas de su mundo. Bergman y el cine abarca desde sus comienzos junto a Alf Sjöberg hasta Saraband (2003), y cuenta cómo canjeó su colección de soldaditos por un proyector de cine. También repasa la primera lección que recibió de Victor Sjöström, su primer gran fracaso con Crisis en 1946 y su primer gran éxito, Sonrisas de una noche de verano. Con material de su archivo personal, Bergman habla también del rodaje de El séptimo sello y de cómo surgió la idea, a partir de la imagen de una iglesia. En Bergman y el teatro el director recuerda algunas de las 125 piezas teatrales que montó y habla sobre su obsesión por la televisión, que culminó en el éxito de Escenas de la vida conyugal (1973). Allí también alude a su primer teatro de títeres, visita el Royal Dramaten en compañía de Erland Josephson y juntos evocan el momento en que se conocieron, en 1938.

A las 22 está programada El Amarillo, ópera prima de Sergio Mazza. Filmada en la ciudad de La Paz, cuenta la historia de un hombre que llega a un pueblo de noche y parece necesitar hablar más que los habitantes del lugar, cuyo promedio de palabras por diálogo es muy bajo. La cámara, por su parte, parece espiar lo que sucede, dándole al paisaje gran protagonismo. Él busca trabajo -más bien casa y comida, una mínima pertenencia- en el bar-burdel-punto de encuentro del pueblo, controlado y gobernado por mujeres y en donde ella es la reina. Y canta con hermosura. La protagonista es Gabriela Moyano, que va a interpretar en vivo, antes de la función, algunas canciones de esta película y también de su disco Tanta pluma. El director también estará acompañando la función, y luego de la proyección dialogará con el público interesado.

Mañana Paranámuestra 4 continuará en el Centro Cultural La Hendija (Gualeguaychú 171). A las 18 se verá La muralla verde, de Armando Roles Godoy. Esta película de 1969 integró la sección Malditos latinos del Bafici, que rescató producciones marginadas y censuradas por su audacia estética e ideológica. Robles Godoy, uno de los más prestigiosos realizadores peruanos, cuenta la historia de un hombre que decide irse junto a su familia de la ciudad de Lima a la selva de Tingo María, gracias a un programa estatal que promueve colonizar los espacios inhóspitos. Sólo quiere un lote de tierra para trabajar y huir de la mala vida urbana. Estructurada en dos tiempos que arman un rompecabezas trágico y circular, imágenes y palabras mínimas indispensables narran una fábula en la que la naturaleza arrasa todo vestigio retórico.

A las 20, será el turno de Hans-Joachin Klein: mi vida como terrorista, del holandés Alexander Oey. En 1975 una célula terrorista liderada por Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, alias el Chacal, de la que Klein formaba parte, tomó el edificio de la OPEC en Viena, Austria. Tres personas fueron asesinadas y Klein quedó gravemente herido. El grupo logró escapar en avión vía Argelia. Klein se alejó de su organización, estuvo prófugo de la Justicia y de sus ex compañeros, en 1998 fue detenido y estuvo en prisión durante seis años. La cámara de Oey lo reencuentra luego de todo esto, nuevamente como civil, ocupado en su granja de Normandía. Aún convencido de las ideas por las que luchó, Klein también está seguro de haber sido usado por poderes superiores a él, comenzando por Oriente Medio. Las experiencias, reflexiones y arrepentimientos de este hombre son los de alguien que debe lidiar con un imposible abandono de su pasado.

A las 22 se verá María y Juan (No se conocen y simpatizan), segundo largometraje de David Bisbano (director de B corta, proyectada en Paranámuestra 2.0). Aquí, chica y chico se conocen en Internet. Un poco por presión de sus amistades, ellos planean un encuentro. A la pregunta ¿cuándo se encontrarán?, Bisbano contesta con espera y con suspenso, y con una musicalización muy pertinente. Buenos Aires es, al comienzo, un paisaje bien aprovechado. Con el correr de los minutos y los desplazamientos de María y de Juan, los rincones de la ciudad se irán convirtiendo progresivamente en un clima urbano extraño. Y si se le puede endilgar más adjetivos, un clima maligno, inocente, nocturno y diáfano.

A las 24 se realizará, por primera vez, la única función trasnoche, con cortos argentinos más música de Dj Cabeza y bar de Cinemateca Paraná. Se verán Amancay, de Milagros Mumenthaler; Lo que tarda en secarse una camisa de algodón al sol, de Martín Boggiano; La vuelta, de Federico Caram; 12 pasos, de Emmanuel Moscoso; 8 horas, de Adrián Biniez; El carapálida, de Agustín Mendilaharzu; El canal, de Bárbara Sarasola-Day; Todas las veces, de Alejo Franzetti; y Siemprenunca, de Paulo Pécora. La entrada de la trasnoche será de 3 pesos. El resto de las funciones, 2 pesos. Los afiliados a ATE (presentando credencial) tendrán el beneficio de 2 entradas por 2 pesos.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)