Florencia Penna
“Impreso en Chilavert -experiencia filmada- es la construcción de preguntas, a través del recorrido del ojo que cada uno pudo hacer”, anunciaron desde la invitación el Colectivo Urbanautas, el Grupo Embate y la Cooperativa Chilavert. En Buenos Aires, estudiantes de Sociología y Cine se acercaron hasta Chilavert Artes Gráficas con el objetivo de intentar hacer un trabajo transdisciplinario.
Esta imprenta ubicada en Pompeya fue recuperada por sus trabajadores (tras una quiebra fraudulenta) y comenzó a funcionar en octubre del 2002, luego de un proceso de ocupación del taller de imprenta, que duró siete meses y contó con un amplio apoyo de los vecinos y organizaciones del barrio. En aquel momento eran ocho trabajadores, hoy en día suman 16. Fue una de las primeras fábricas en el ámbito de la cuidad de Buenos Aires en ser expropiada. La especialidad del taller fue durante años la impresión de libros, láminas y catálogos de arte siendo sus principales clientes algunos de los más renombrados artistas plásticos y museos del país. En esta nueva etapa el taller se dedica a la impresión de libros, revistas, catálogos y afiches. La mayoría de los clientes tiene relación con organizaciones sociales, el ámbito de la cultura independiente y autogestionada y editoriales enfocadas en temáticas políticas y sociales.
“Desde lo fragmentario de nuestras disciplinas salimos al encuentro con el otro. A conocernos, a buscarnos. En este camino, afloraron preguntas que delinearon algunas trayectorias comunes”, dijo el grupo de jóvenes sociólogos y cineastas conformado por Paula Formento, Juan José Nardo, Luján Montes, Natalia Tomadoni e Isolda Bertellotti. El recorrido del trabajo realizado entre mayo de 2005 y mayo de 2006, finalmente quedó sintetizado en 77 minutos. La filmación se hizo entre todos, esto significa que los trabajadores del taller también tomaron las cámaras y entrevistaron a sus compañeros. Del montaje se encargaron luego los estudiantes, mostrando el proceso de producción a través del recurso a dos cámaras (filmación de filmaciones), que registraron tanto en MDV como en High-8 Color.
Esta experiencia pudo verse el lunes en Casaárbol (Santa Fe), mientras que el martes se proyectó en el Centro Cultural La Hendija. En ambas oportunidades, buena parte de los espectadores expresaron sus opiniones sobre el trabajo e hicieron preguntas al respecto, formándose un largo debate luego de la proyección.
“La filmación no fue difícil, pero sí no ir con un objetivo claro en cuanto al guión, pues la idea era construirlo junto con ellos”, dijo uno de los realizadores, dando cuenta también de la lentitud de los procesos, ya que durante un año apenas si trabajaron sobre unos pocos ejes. En cuanto a la intervención en la fábrica, dijeron haberse sorprendido en el balance final (último tramo del film), donde los trabajadores de Chilavert reconocieron este “tomar parte” de los estudiantes y también los límites que les habían marcado: “el camino se hace al andar. A medida que vas creciendo, se te dan responsabilidades”, dijo uno de los trabajadores. Los estudiantes también contaron que trataron de ir a escuchar y ver qué sucedía con la cabeza abierta, dejando los preconceptos de lado y trabajando sobre lo emergente que aparecía en esta situación de fábrica recuperada. Pero a la vez se preguntaron qué había de ellos para pensar y pensarse allí. “Nuestra intervención parte de querer cambiar las cosas. Que a partir de esto que rompe con un modo de producción y relación, se pueda gestionar de otra manera. Pero eso es un largo camino”, dijo otro de los realizadores.
“Nosotros no quisimos mantenernos en el típico rol de investigador que se posiciona por fuera. Por el contrario, deseamos construir y experimentar la experiencia de investigación de una manera distinta. Como sabemos, toda construcción supone una forma, supone una estética que le es propia. Sabemos también que nadie construye desde el vacío. En todo proceso de construcción se hace uso de otras experiencias internalizadas que necesariamente producen conflicto entre lo que construimos y queremos construir. Por eso necesitamos ver, reflexionar (y que otros lo hagan) sobre el proceso de producción. Cómo producimos es también cómo nos producimos”, dijeron.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
