Silvio Méndez
Esta semana se confirmó que hallaron los seis leones alados que se encontraban al pie del monumento al general Urquiza en Paraná y que fueron robados en marzo de 2004. Las estatuillas de mármol de Carrara se incautaron hace unos meses en un anticuario de San Telmo tras una denuncia anónima, pero restaba probar su identidad. El juez de la causa, Héctor Vilarrodona, ordenó una serie de estudios a un equipo de expertos que confirmaron que las piezas eran las sustraídas. Los especialistas tuvieron que sortear una serie de inconvenientes, entre los que se encuentra la falta de documentación y registro sobre los bienes culturales. El magistrado ordenó a la Municipalidad restituir las figuras y que se arbitren los medios para su resguardo, mientras queda pendiente la investigación sobre los responsables del saqueo. Recuperados los objetos, se abre nuevamente el debate en torno a la protección patrimonial.
Cuando ya casi parecían olvidados en la memoria del saqueo del patrimonio histórico y cultural de la ciudad, esta semana se conoció que los leones alados que fueron sustraídos del monumento a Urquiza en los últimos días de marzo de 2004 fueron finalmente recuperados. Los últimos fragmentos del rompecabezas que permitieron confirmar este rescate, terminaron de encajar cuando hace poco un grupo de especialistas elevó un informe al juez de la causa, Héctor Vilarrodona, donde se confirmó la identidad de un grupo de piezas que habían sido decomisadas en la ciudad de Buenos Aires por orden judicial. Las estatuillas de mármol de Carrara formaban parte de la obra más amplia que se alzó a principios del siglo XX en honor al general entrerriano que le da nombre al parque en la capital provincial. Producto de la desidia en la que aún se encuentran desamparados muchos objetos de los bienes en común, los leones integraban el lote de esculturas raptadas, como lo son la Venus de Milo y el Petit Pissant. Pero esta historia reciente de abandono auguró un mejor desenlace para los felinos de piedra. A fines del año pasado, la directora del Museo de la Ciudad, Laura Vázquez, aportó el dato de un anónimo que había visto los leones a la venta en una tradicional casa de antigüedades del barrio de San Telmo, en la Capital Federal, por lo cual dio avisó del pormenor a la Justicia. Con esta información, el titular del Juzgado de Instrucción Nº 4, rápidamente ordenó el allanamiento y secuestro de las estatuillas, poniéndolas a resguardo en la provincia.
Luego, para determinar fehacientemente que se trataba de los objetos robados en 2004, el juez fue asesorado para que un grupo de profesionales pudiera aportar pruebas para determinar si los objetos encontrados –seis patas de bancos y tres asientos– realmente correspondían a los sustraídos del monumento a Urquiza. A fines de mayo último, entraron formalmente en escena los arquitectos Lilia Santiago, Mariana Melhem y Gabriel Terenzio, expertos locales en patrimonio. A partir de esta convocatoria, se emprendieron una serie de estudios, no exentos de dificultades, que comprendieron tres aspectos. En primer lugar todo lo relacionado a las piezas encontradas: observación, medición y relevamiento fotográfico.
En segundo término un rastreo de antecedentes documentales, que comprendió búsqueda y estudio de fotos antiguas e información en archivos y bibliotecas. Por último, fue emprendido un análisis vinculado al lugar donde fueron emplazadas originalmente las piezas de mármol. Aquí se inspeccionaron los elementos de sujeción y otros indicios in situ. En este proceso, se evidenció la falta de un registro preciso del patrimonio declarado de interés para la ciudad y la provincia. Finalmente, con los elementos reunidos, Vilarrodona determinó que efectivamente los leones recobrados eran los buscados. De acuerdo a lo relevado, el valor de los felinos es difícil de calcular, y más si se tiene en cuenta su carácter histórico. Igualmente, se deduce que al ser puestos a la venta en un local especializado, su precio podía ser importante.
Además, se apuntó que en los últimos tiempos, en los remates de obras de arte y antiquísimos objetos de la vida cotidiana que se realizan en Buenos Aires, hay una gran demanda desde el extranjero. Es más, muchos operadores locales sólo trabajan para poderosos clientes foráneos y pujan con el peso de los euros.
Con la identidad de los leones verificada, el magistrado ha ordenado a la comuna que designe un responsable para que se implemente la restitución al lugar, conservación y resguardo de las figuras de mármol. En este sentido, Vilarrodona es partidario de que se establezcan los medios necesarios para que los leones puedan ser fijados de forma permanente. En todo caso, razonó, como todo tipo de monumento histórico protegido, deberían tener una guardia permanente. Este próximo paso no sólo abre un debate sobre cómo se reponen los bienes sino también la legislación que protege estos objetos y cómo se hace efectivo el cuidado de lo que se aspira amparar teniendo en cuenta que sistemáticamente las sucesivas administraciones de gobierno abandonan parte de lo que se considera patrimonio e identidad. En tanto, por otro lado, aún queda por resolver la responsabilidad y castigo a los autores del saqueo.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
