-Desigualdades inseguras. El delito se derrama por diferentes vertientes. La seguridad -en referencia a los delitos en contra de la propiedad y las personas- se ha transformado en una de las lacras sociales más extendidas del capitalismo global. Sus causas son múltiples y cada una aporta al entramado de un fenómeno complejo. Sin embargo, a fuerza de tantos Blumberg es necesario repetir que la principal causa de lo que se denomina delincuencia social no es la pobreza sino la desigualdad. Es decir, el abismo que separa a los ricos de los pobres. El carácter fundamental de la sociedad que vivimos es la desigualdad que trepa a niveles de paroxismo. El pasado año un informe de la Unesco señalaba que un impuesto progresivo que extraiga un punto de las 200 principales riquezas del mundo, alcanzarían para saciar el hambre más urgente en el mundo entero. Uno se podría preguntar por ejemplo sobre la verdadera afectación que eso representaría para la economía personal de Bill Gates, ubicado a la cabeza del ranking de riquezas del mundo. Huelga cualquier respuesta. Pero bueno, ahí está el dueño de Microsoft con sus sistemas operativos, embolsando más y más plata en el mismo momento que en el mundo mueren más y más criaturas de hambre. Esa expresión categórica de insensibilidad se ubica en la base de la violencia social que aflora por doquier y que se despliega en infinitas mutaciones. Pretender enumerar o tipificar los delitos sociales se ha convertido casi en una tarea irrealizable. En cuanto el Estado pone su atención en un tipo de delito con relativa eficacia y logra plancharlo no tarda en aparecer otro con tanta o más virulencia que aquel que se logró neutralizar. Así, se suceden diariamente innumerables hechos dolorosos que son potenciados por los medios con diferentes motivaciones. De todas maneras, siempre hay formas de sobreponerse a las circunstancias, ponerse de pie y mirar más allá de la ventana de su ambiente natural. En ese sentido, el señalamiento del peso que ostenta la injusticia social en la reproducción de los delitos sociales ayuda para calibrar que el problema no es sencillo y que la sola expectativa de recuperar un ambiente mejor ventilado demanda un esfuerzo largo y sostenido de la sociedad toda. Al empresario Blumberg el dolor por la muerte violenta de su hijo Axel le rompió el cristal que lo aisló durante décadas de una realidad social largamente desgarrante. El dolor, la impotencia, su historia personal, lo llevan a proyectar su indignación y bronca en los postulados cultivados en cenáculos del proceso. Los sesgos inconfundibles de su postura se pudieron advertir tempranamente. Blumberg puso sobre la mesa un claro criterio discriminatorio en cuanto a las fronteras sociales que se debían resguardar y cuáles carecían de sentido, “por no pertenecer”. Cuando se le preguntó sobre el terrible caso del chico Sebastián Bordón, asesinado por la Policía mendocina, se limitó a responder al mejor estilo de publicista del proceso militar: “Quién sabe en qué andaba”. En última instancia, la explicación es sencilla, Blumberg compra las recetas conservadoras sobre la seguridad porque se adecuan a su situación social y porque éstas, en su simplificación de la realidad, contienen una alta dosis de mensajes seductores para los sectores medios y altos de la sociedad. Se trata de un pacto con la delincuencia mayor, mediado por la propia estructura policial donde se delimita dónde se roba y cómo se distribuye el botín. En cuanto a la delincuencia menor, esta política proyecta establecer un vallado protector para las zonas urbanas de clases medias y altas.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)

-Tarea cumplida. En la madrugada del último domingo falleció Susana Valle, digna hija del general Juan José Valle, fusilado por Pedro Eugenio Aramburu e Isaac Rojas. “Querida Susanita: Sé fuerte, no te avergüences de tu padre, muere por una causa justa: algún día te enorgullecerás de ello”, le dejó escrito en su carta de despedida. Susana lo hizo, general, quédese tranquilo, honró su sangre y la varios miles más. Muchos argentinos recién se enteraron de estos hechos este año, cuando el Estado asumió activamente la reivindicación al conmemorarse los 50 años del fusilamiento del general Valle y de los 30 patriotas que con él cayeron. Susana Valle y algunos peronistas históricos más oradaron con su lucha tenaz los muros de la historia oficial y lograron ese reconocimiento por el cual tanto lucharon. El propio jefe del Ejército Argentino, al referirse a todos ellos, los llamó patriotas, reconociendo en su lucha la lucha por la soberanía popular y por la vigencia de la Constitución Nacional. Eso la llenó de felicidad. Cuando le preguntaron qué sentía por los asesinos de su padre dijo: “Mi padre -el general. Valle- me dijo antes de morir: ‘Entre el odio y el amor, elige vivir con amor”.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)

-Internas y externas. Mientras, las pujas y tensiones políticas se desenvuelven con miras a las elecciones provinciales de marzo y nacionales de octubre. La semana pasada amenazó movida y prometedora. Luego, como sucede en los atardeceres fríos de este fin de agosto, la luminosidad se fue perdiendo. Una reunión de la Concertación Entrerriana proclamó la candidatura de Emilio Martínez Garbino a la Gobernación y comisionó a una delegación de notables para negociar una alianza electoral con el radicalismo. El diputado radical Osvaldo Fernández de Gualeguaychú, alineado en el sector aliancista, no podía ocultar una mirada exultante de optimismo y explicaba las chances que se abrían frente a un justicialismo dividido. Es una mirada simplificada, pero evidentemente tiene datos que la sustentan. De todas maneras no parece sencillo arribar al acuerdo, y desde hace mucho se sabe que la política se resiste a quedar encerrada en las sumas y restas de la aritmética. Por lo que se pudo conocer, la cumbre se fue en fintas que dejaban abierta la puja por los espacios. ¿Quién encabeza la propuesta? La buena imagen de Emilio Martínez Garbino duplica las expectativas del mejor radical, pero el partido centenario sigue manteniendo un segundo lugar categórico detrás del justicialismo y muy por arriba de la Concertación Entrerriana. Concertación que a su vez viene cascoteada. Lejos está de ser un bloque monolítico alineado detrás de Emilio. Sabido es que el Partido Nuevo Espacio, sector liderado por Daniel Irigoyen y en donde se agrupan los peronistas kirchneristas de la concertación, no quiere saber nada con una alianza con radicales. Aunque el debate se alarga y en el camino siguen perdiendo eslabones, lo más probable es que finalmente terminen rompiendo con Martínez Garbino y jueguen decididamente en apoyo a la candidatura de Julio Rodolfo Solanas. Por su parte, Sergio Montiel no disimula sus inquietudes por posibles fugas radicales, mide con precisión y dispara munición con mira telescópica sobre los díscolos.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)

-Ocaña. Pero el último que sonrió en la semana pasada fue el candidato del oficialismo, Sergio Daniel Urribarri. Es que la visita institucional que realizó a la ciudad de Paraná la titular del PAMI, Graciela Ocaña, terminó regalándole un apoyo inesperado por el gran público. La adhesión explícita y personal de Ocaña a Urribarri se debe a una fuerte relación que han sabido construir en los últimos tiempos, y a su vez sirvió para transparentar el trabajoso acuerdo tejido por el gobierno con el diputado de la Concertación Entrerriana, Juan Domingo Zacarías, que de esta manera vuelve al redil que lo vio partir hace ya casi ocho años. La vuelta del hasta ayer nomás jefe del ARI en la provincia tiene aristas salientes. Por un lado, debilita la capacidad de armado de Emilio Martínez Garbino, y por el otro, está llamado a jugar un rol preponderante en el juego de cascotear el rancho solanista

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS)