Claudio Cañete
Desde esta semana y hasta el 15 de diciembre, Marco Bainella mostrará su obra junto a una serie de notables nombres de la plástica, entre ellos, Marta Minujín, una de las referentes máximas del inolvidable Instituto Di Tella. Será en el Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA), de calle Florida. La muestra se titula Un dedo en el río. Bainella dialogó en exclusiva con ANALISIS sobre esta experiencia.
Comenzó a pintar por interés propio en 1995 y después, sí, vinieron las muestras. No tuvo una formación académica. En la actualidad concretó junto a otros colegas un proyecto interesante al que denominaron Pariente del mar, con la idea de formar un espacio físico donde mostrar y desarrollar otras actividades, autogestionándose para llevar adelante clínicas, seminarios, charlas y encuentros. Realizó clínicas en el Centro Cultural Rojas, de Buenos Aires, coordinado por Diana Aisenberg y Eva Grinstein, consultoría con Camnitzer, y en el 2004 estuvo en la residencia para artistas El Basilisco, coordinada por Tamara Stuby, Esteban Álvarez y Cristina Schiavi, entre un interesante grupo de trabajo, en Avellaneda, Buenos Aires.
Sin lugar a dudas un joven talentoso, que por esfuerzo propio se hizo conocido en Paraná, ciudad donde nació el 1º de junio de 1976.
Esta semana, en la mañana del lunes y bien temprano, Marco viajó nuevamente a Buenos Aires para cumplir otra importante etapa en su carrera. Una vez más conectado con Esteban Álvarez, esta vez formará parte de una muestra titulada Un dedo en el río, un concepto o una frase que despierta curiosidad y atracción, ya que expondrá con verdaderos pesos pesados del arte, como por ejemplo Marta Minujín. Bainella brindó detalles de esta experiencia a este semanario, antes de partir a la inauguración que se produjo ayer miércoles.
-¿Cómo surgió tu participación en esta muestra?
-A principio de año recibí la invitación de Esteban Álvarez (curador de Un dedo en el río), que estaba armando una muestra para hacer en el CCEBA, que se realizaría no en la sede central de calle Florida al 943 sino en el nuevo espacio que abrió en calle Paraná 1.159 junto a un grupo de artistas jóvenes contemporáneos del país. Me pide para el combo que estaba armando la obra Dique que venía trabajando desde mediados del 2005 y que seguía dándole vueltas en los aspectos formales, o sea cómo mostrarla, de qué manera materializarla. Me encantó la propuesta y por supuesto dije que sí. El CCEBA es un escenario muy importante, una de las vidrieras de circulación de las mejores propuestas de arte contemporáneo del país. Luego de unos meses me llega un e-mail de Esteban, con una idea más clara. Me dice que la muestra se concreta y que se llama Un dedo en el río y que eligió a seis artistas: José Ramón Ais (España), Ducha (Brasil), Gregor Passens (Alemania), Marjetica Potrč y Polonca Lovsin (Eslovenia), Marta Minujín y Marco Bainella (Argentina). En el momento que leí mi nombre se me cayó la mandíbula, no podía creer, eran artistas grosos, era como mucho.
-¿Conocés a los otros expositores en esta muestra?
-Al que conozco personalmente es a Gregor Passens, un alemán que hace ya unos años se radicó en Argentina, una obra alucinante, de una trayectoria importantísima en su país. A Marta Minujín sólo la conozco de compartir muestras y de los otros artistas sólo a través de Internet y por lo que me ha contado Esteban.
-¿Qué significa para vos compartir esta muestra con una personalidad como Marta Minujín?
-Nervios. Admiro profundamente el trabajo de esta mujer, pilar del arte contemporáneo en el país y que a pesar de ser quien es, no se la reconoce como debería de ser. Tengo mucho asombro, expectativas y ansiedad. Me entusiasma que ella se permita mostrar junto a gente nueva en esto. Es una mujer que siempre se renueva, siempre fresca. Compartir una muestra con Marta Minujín es algo que nunca había pensado, estoy muy emocionado. En sí, la muestra me produce muchos cosquilleos en la panza como hace mucho no me pasaba, el tema me toca muy adentro: Un dedo en el río. Nuestra presencia modifica de alguna manera nuestro entorno, cuanto mucho... poco, eso no importa, lo importante es que todos hacemos la historia, que la construimos en la intimidad o en las masas, que todos los encuentros hacen un algo nuevo que se encontrará con otra cosa en el camino.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
