-La Constituyente. Cualquier ciudadano en su quehacer cotidiano tropieza con las normas legales. Cuando cruza una calle, cuando para frente al semáforo, cuando se casa y cuando se separa. Toda norma jurídica, ocupe el lugar que ocupe, en última instancia tiene que referenciarse y encuadrarse en la Constitución Nacional. Apelando a una fórmula sensible se puede decir que tanto en la alegría como en el llanto, el ordenamiento constitucional se hace presente en la mesa de cada uno. Por lo tanto, cuando se habla de reforma constitucional aun la persona más indiferente lo relaciona con los sucesos trascendentes. Indudablemente, para que la sociedad vuelque su atención, se entusiasme y participe en un proceso de reforma constitucional se requiere que a esta situación de base se la estimule con propuestas que sepan conectar las expectativas que van tomando forma en el trajín cotidiano. Si por el contrario, las pretensiones reformistas quedan atrapadas en objetivos personales, en la preservación de privilegios sectoriales, el entusiasmo quedará envilecido. Por mucha atención que espontáneamente la sociedad ponga en estos procesos, la responsabilidad en hacer de estas convocatorias una movida que entusiasme queda en manos de todos los agrupamientos políticos que se dispongan a participar, incluso de las organizaciones sociales.
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-La ilusiones de Busti. Como ya ha sido señalado desde estas páginas, son varias las razones que han predispuesto a Jorge Busti a retomar el tema de la reforma, luego del 18 de marzo cuando ya estaban caídas sus expectativas reeleccionistas. Pero sin dudas a medida que pasan los días va tomando relieve que la propuesta reformista tiene que ver con el impulso y liderazgo del gobernador, en el justicialismo primero y desde allí hacia todo el arco político provincial. Es cierto que el resultado electoral del 18 de marzo con el resultado categórico en favor del justicialismo limpia el camino reformista, pero no lo resuelve totalmente y en esa parte que falta se va a poner a prueba el oficio y la conducción de Jorge Busti. Se debe tener en cuenta que todo lo que tiene que ver con las determinaciones políticas en Entre Ríos tiene un curso de pasillos, escritorios a media luz, que te doy pero que vos también me das.
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-Los radicales. De todas maneras, el gobernador Busti ha percibido mejor que nadie que los entrerrianos sienten como razonable la reforma y que aventada la traba de su reelección no se encuentran impedimentos válidos para su actualización. Lo cierto es que la iniciativa reformista cuenta con viento a favor. La Concertación Entrerriana frente a la presión reformista hace incontables esfuerzos por disimular la descomposición de su espacio. En esa perspectiva, con las intenciones de hacer notar una continuidad en sus posiciones políticas reflotó como condición para el acuerdo la implementación de la reforma política. Es claro que en esta nueva era pos 18 de marzo la pretendida reforma política de la Concertación queda reducida a la eliminación de la boleta sábana, rebautizada por Emilio Martínez Garbino como boleta chorizo. El otro artículo que está contemplado en el proyecto de reforma política está referido al cupo de género, una cuestión que tiene el sello de la diputada Lucy Grimalt que, como todo el mundo sabe, no pertenece a la Concertación. Con un bloque legislativo reducido a la fidelidad de Beatriz Montaldo, la Concertación Entrerriana es muy poco lo que puede hacer para que las cosas que proyecta el justicialismo no se lleven a cabo. En todo caso sólo puede aspirar a modificaciones marginales que no cambian la sustancia. Lo cierto es que tal como resulta del propio proceso electoral, el radicalismo es el único agrupamiento que dentro de todos sus escombros puede tener alguna piedra escondida que represente un obstáculo para el proceso reformista.
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-Mezquindades. Como se puede ver, los vericuetos por donde pasa la política entrerriana son interminables y Jorge Busti es un constructor calificado de esas oscuridades. En este encuadramiento cualquier propuesta se va envileciendo día a día. En los momentos que se viven habrá sobrados argumentos como para armar una propuesta de reforma constitucional congregadora de la imaginación y creatividad natural de los entrerrianos. Las movilizaciones del 19 y 20 de diciembre del 2001 tienen de por sí un carácter de ruptura con el neoliberalismo y fundante de una sociedad plural, democrática, capaz de vivir la utopía de construir una sociedad justa, definitivamente ligada a un ambiente regional latinoamericano. Esta impronta nacional se relaciona precisamente con sucesos constituyentes como el de Venezuela, ahora en Ecuador y Bolivia.
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-Salud. Un hecho desgraciado puso al desnudo la desaprensión y desidia que caracteriza a esta gestión provincial. Una transfusión de sangre contaminada con VIH destapa desavenencias y negligencias de extrema gravedad. Es que la estructura sobre la cual está montada la salud pública entrerriana genera el ambiente para que prosperen a diario acciones dañinas. La mayoría se tapan o se transforman en rutinas que terminan por no llamar la atención. En este caso de la infección a una paciente con HIV, no se puede tapar a tiempo y aparece el escándalo. Es que en el Área de Salud sobrevive el montaje realizado por Graciela Degani que fue diseñado en función de las necesidades de los sectores privados de la salud. En esta gestión de Jorge Busti en ningún momento se hizo expresa ante la comunidad una estrategia para la salud pública. El ministro Bordet ha sido impotente en modificar esa situación más que por incapacidad propia, por cómo los sectores privados han entramado la gestión del gobernador en función de sus requerimientos. Se sabe que frente a los diferentes desaciertos que tuvieron lugar a propósito de la transfusión de sangre, el propio gobernador se ha sentido especialmente afectado pues los incidentes han trascendido y generaron una preocupación por parte de las autoridades de la Salud a nivel nacional. Por más amistad que relacione al gobernador con el ministro Ginés González García, a Jorge Busti no le agrada quedar expuesto a la observación de las autoridades nacionales. Por mucho que puso preocupación en el tema el gobernador, las jerarquías que responden a las corporaciones privadas no se sintieron afectadas y con una marcada ausencia supieron transparentar un sentido de pertenencia a intereses que operan por fuera de los límites del Estado. Directamente son áreas del Estado colonizadas por la actividad privada. Hay que tener en cuenta que en todo lo que hace a parar las redes de la salud pública el gobierno nacional ha hecho sus esfuerzos, sobre todo en lo que hace a la provisión de medicamentos detallados en un formulario terapéutico.
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