Claudio Cañete
El libro Travieso Vizconde. La sonrisa alada, de la profesora María Eugenia Faué, fue presentado ayer oficialmente en Paraná con un acto que contó con la presencia del subsecretario de Cultura provincial, Roberto Romani; la directora de la Editorial de Entre Ríos, Graciela Iannuzzo, y el escritor y periodista Adolfo Argentino Golz. La ceremonia se realizó en el Museo Provincial de Bellas Artes. La obra rescata la figura y producción literaria de Emilio Lascano Tegui, escritor formidable nacido en Concepción del Uruguay, injustamente marginado de la gran galería de escritores argentinos destacados, incluso en la propia provincia.
Provisto de una personalidad extravagante y de un genio literario admirable, Emilio Lascano Tegui es un escritor que en las antologías nacionales llegó a figurar hasta en el catálogo de escritores malditos. Por esta misteriosa cualidad de ser un gran escritor argentino pero prácticamente desconocido.
Esta semana fue presentado el libro Travieso Vizconde. La sonrisa alada, con el que María Eugenia Faué ganó el Premio Literario Fray Mocho - Ensayo 2005, publicado por la Editorial de Entre Ríos. La obra fue expuesta en la reciente Feria Internacional del Libro y ya tiene varios comentarios a favor.
Tema difícil y atrapante el elegido por Faué, que sin duda admira a este escritor. Su libro busca desagraviar y revalorizar la figura literaria de Lascano Tegui. Y lo bueno de su ensayo es que el elogio por el elogio no es la sustancia, sino el aporte de abundante material bibliográfico citado y escritos originales que permiten de una vez por todas acceder a la producción de este mítico intelectual. Quienes no lo conocían hasta ahora, lo podrán entender y disfrutar. Y quienes ya lo habían leído saben que el objetivo del texto de Faué es, en cierta manera, un acto de justicia.
Según la autora, Emilio Lascano Tegui (1877-1966), que portaba el seudónimo de Vizconde, fue uno de los mejores escritores nacionales y un orgullo provincial, que permanece prohibido en el corpus literario entrerriano.
“El propósito del presente trabajo es restaurar, al menos parcialmente, su bien ganada gloria, provisoriamente cesanteada, y aportar elementos que puedan explicar la avería de la desmemoria. En el plano nacional asistimos desde 1995 a la reedición de algunas de sus obras pero su lectura continúa limitada a elites de investigadores y coleccionistas. Aún pesa la faltante en el haber de caja: el reconocimiento académico y popular que sustentan sus amigos Roberto Arlt y Oliverio Girondo”, explica Faué en su libro.
También aporta que los libros de Lascano Tegui han sido reeditados en Francia (1994), Alemania (1996) y Holanda y que el crítico alemán Norbert Werh ha emitido conceptuosas valoraciones sobre su obra. Hay, además, algunos diagnósticos que vale la pena tener en cuenta: “Solamente llegó a la triste fama de ser, entre los mejores escritores del país, el más desconocido. Amó la mixtificación literaria, el juego del escondite y se encubrió detrás de diferentes máscaras, las del dandy y las del diplomático. Lascano Tegui fue un autor, el cual sino inventado, fue totalmente olvidado”, consignó Werh.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
