Primero fue el fútbol de la Liga Paranaense (LPF), tras la final entre Patronato y Sportivo Urquiza. Simpatizantes rojinegros y futbolistas de la entidad de La Floresta protagonizaron serios incidentes aunque de casualidad no hubo que lamentar víctimas.
Después fue el turno del básquet paranaense, en el partido que estaban jugando Ciclista y Olimpia por la tercera fecha. Unos manotazos de más de parte de jugadores derivó en una batalla campal entre hinchas, dirigentes y basquetbolistas de ambas instituciones.
Ahora, la violencia se trasladó al fútbol de Paraná Campaña, donde el fin de semana pasado, en el partido Arsenal de Viale - Deportivo Tuyango, el árbitro Diego Tisler sufrió una salvaje agresión por parte de futbolistas y simpatizantes de Tuyango, que no sólo lo atacaron en la cancha sino además en la puerta de la Liga de Paraná Campaña, en María Grande.
A principio de esta semana, el Tribunal de Penas de la Liga Paranaense de Fútbol, luego de una extensa evaluación y definición del caso, se expidió sobre los lamentables episodios ocurridos en el Estadio Presbítero Grella ocurridos tras la segunda final del Torneo Apertura de la LPF.
Aquel acontecimiento oscuro generó, por ejemplo, declaraciones contundentes, como las de Hugo Molina, presidente de la LPF, que días después de lo ocurrido admitió: “Fue lamentable y por suerte no hubo que lamentar víctimas. No sólo pretendo que el Tribunal se expida lo antes posible sobre este acontecimiento, sino además solicitaré penas ejemplificadoras porque esto no puede ocurrir nunca más. No sé cómo no hubo que lamentar víctimas”.
Horas después, el plantel de Sportivo Urquiza convocó a los medios a una conferencia de prensa en la cual se daría a conocer una postura. Hugo Fontana, capitán y símbolo del equipo, tomó la palabra y con sus dichos evidenció la gravedad del caso: “Damos gracias a Dios que hoy podemos contar la historia y dentro de todo estamos bien”.
Fontana no le esquivó a la responsabilidad, ni de él ni del grupo, de haber sido parte directa de semejante batalla: “Nosotros nos hacemos cargo de nuestra parte de culpas, pero además tuvieron culpa el árbitro, la gente de Patronato y los responsables del evento. Lo que nos molestó mucho fue cómo ingresó la gente local a la cancha, no sé por qué una persona ingresó por el túnel y empezó a agredir. Después se abrió ese maldito portón que tampoco sabemos quién lo abrió”, inquirió.
Ahora bien, con las pruebas y las declaraciones de los protagonistas, quedó claro que aquel acontecimiento pudo haber sido mucho más grave. Sin embargo, el fallo dado a conocer esta semana por el Tribunal de Penas fue muy benévolo y para nada ejemplificador. El Tribunal sancionó con 11 partidos al delantero de Sportivo Urquiza, Juan Barrios, mientras que el otro delantero, Ligüen Gluschmancoff, y el arquero Oscar Galli fueron inhabilitados por seis fechas (en realidad le restan cumplir dos porque en estas cuatro jornadas que van del Clausura no jugaron). Asimismo, se decidió sancionar a ambas entidades con cuatro fechas sin poder jugar de local. No hubo ni quita de puntos ni sanciones económicas para ambas entidades.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
