Silvio Méndez
Si se calcula que el gobierno entrerriano asigna 1,25 pesos por ración a los comedores escolares, en lo que dura en chasquido de los dedos, en tan sólo un segundo, por pago de intereses de la deuda externa argentina se van del país unas 680 raciones de comida para los chicos. Tal es la comparación y dimensión de las consecuencias que se puede hacer si se traslada el problema a la vida cotidiana y concreta. Un problema del cual hoy casi ni se habla, no aparece en la agenda de los medios y menos aún en los debates de los partidos políticos. A contramano de una tendencia casi adormecedora sobre la cuestión, el Centro de Producción en Comunicación y Educación (Cepce) de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos ha editado un CD Rom para discutir el tema de la deuda externa, precisamente, en las escuelas de toda la provincia.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Asociación del Personal Legislativo de Entre Ríos, propone para el trabajo en las aulas un material interactivo que, mediante audios y textos, hace un repaso histórico y fundamenta los planteos sobre la ilegitimidad de estos compromisos financieros. La idea es que en una primera etapa pueda llegar a 513 establecimientos, por lo cual el Consejo General de Educación se comprometió a su distribución mediante el correo que envía a las departamentales.
En diálogo con ANALISIS, la coordinadora del Cepce, Gabriela Bergomás, detalló que el CD cuenta con algunas actividades orientadoras sugeridas para que los docentes lo puedan re trabajar en clase. “Lo importante es que haya una apropiación de la temática y pueda haber una discusión real de semejante problemática que atraviesa la situación de cualquier ciudadano de nuestro país”, sostuvo.
Por su parte, el mentor del proyecto, Sergio Cristani, explicó los fundamentos que delinearon el trabajo. En este sentido dijo que “tanto la educación como la comunicación social son vitales en la vida de los pueblos. Pueden servir tanto para adormecer, ocultar, dominar, para entorpecer, como también para acompañar, revitalizar, poner en el tapete procesos políticos sociales. En materia de deuda externa hay una especie de invisibilidad, oscurantismo, que es estructural. Es social, político, cultural, educativo y mediático informativo. En lo educativo, lo vimos cuando empezamos a investigar que en las escuelas primarias, secundarias y la universidad no se habla de deuda externa. Si cruzamos el charco y vamos a la Facultad de Derecho en Santa Fe, nos encontramos que quienes se reciben de abogados no conocen que hubo un juicio contra la deuda externa. Acá, si vamos a Ciencias Económicas, no saben quién es Alejandro Olmos (que estudio el tema y llevó adelante un juicio por la ilegitimidad del pago), no hay material en la biblioteca, no lo hay sobre la deuda externa, de cómo, por ejemplo, se han falseado balances”, describió.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
