Claudio Cañete
Petitorios en tonos muy duros, acusaciones y denuncias circulan por correo electrónico -algunos en forma anónima- dirigidos a las autoridades de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Paraná. Este medio virtual parece ser el ámbito más cómodo para un sector que no está de acuerdo con la designación y las primeras acciones de Daniel Rochi al frente del área y ya ha generado no pocas controversias. Mientras algunos señalan que hay motivos justificados para estar disconformes con el sector oficial, el funcionario avanza en sus decisiones apoyado en forma directa por el intendente José Carlos Halle.
El viernes 11, aproximadamente a las 11, Daniel Rochi, secretario de Cultura de Paraná, dialogó con un tal señor Zonis. Lo hicieron frente a la casona donde hasta hace poco funcionó el Museo del Mate, al lado del Teatro 3 de Febrero, en calle 25 de Junio. Mucha gente vio la escena. Según una información, la Municipalidad de Paraná seguirá pagándole el alquiler al señor Zonis para que allí funcionen oficinas de Cultura municipal. Si esto es así, confirma lo anticipado por ANALISIS ediciones atrás. Y por otro lado hace caer rotundamente los argumentos de “achique de gastos” que la comuna esgrimió al decidir la clausura del Museo del Mate.
Casualmente días antes Francisco Scutellá, director del Museo del Mate -promovido por la gestión de Julio Solanas- entregó este inmueble vacío, cumpliendo con las intimaciones municipales. Scutellá es la única persona que hasta ahora ha hecho frente públicamente a Rochi y a su cuadro de funcionarios. Mientras tanto, otros sectores han apelado a métodos más solapados, que generaron un ambiguo sentimiento: adhesión sobre los reclamos pero cierto rechazo por el método.
Bajo la firma seudónima de “Eusebio y Florestán” apareció la primera nota que circuló por Internet y que llegó a la Redacción de ANALISIS. Allí un comunicado denunciaba que la Secretaría de Cultura desplazaba del Teatro 3 de Febrero a la Orquesta Sinfónica de Entre Ríos, privándola de ese ámbito para ensayar. La versión se confirmó con las declaraciones que hizo el maestro Reynaldo Zemba, director del organismo musical, en diálogo con este semanario. Más aún, con la nota de una página que publicó recientemente el diario Uno. En realidad le cambiaban los históricos horarios habituales por otros que los músicos no consideraban apropiados para sus rutinas particulares (la mayoría reside en Santa Fe). Según Rochi, redistribuyó los horarios para que otros espectáculos puedan realizar trabajos de preproducción indispensables para la calidad de las propuestas, una necesidad que no se discute. Por otra parte, la Sinfónica estaba ensayando en La Vieja Usina, quejosa porque la considera un “galpón”. Pero al parecer en esa decisión nada tuvo que ver Rochi.
De este tema derivan otros puntos. Primero, que según versiones Rochi ya habría dado marcha atrás con los nuevos horarios de la Sinfónica. Y segundo, que todavía las heridas del pasado no están cerradas. ¿Por qué? Porque Rochi y el director del Teatro 3 de Febrero, Rodolfo Romero, han intentado manejarse con Zemba y con Luis Orlando, representante de la Asociación Mariano Moreno (entidad que ayuda a la Sinfónica), cuando en realidad, para darle una solución de fondo y no coyuntural, Rochi debería reunirse con el jefe de Zemba, que es el subsecretario de Cultura de Entre Ríos, Roberto Romani. Sucede que Romani fue quien sucedió a Rochi tras su fallido paso por esa área provincial al comienzo de la última gestión de Jorge Busti. Rochi se fue con sus actuales colaboradores Rudy Astudilla y Rodolfo Romero envueltos en una imagen de inoperancia que los golpeó duramente y les deparó suertes diversas a partir de allí. Ahora volvieron a la gestión pública, pero esta vez respaldados por la afinidad que tienen en la interna política del peronismo el tridente Halle-Rosario Romero-Rochi desde hace años. Algunos no pueden creer cómo el presidente comunal lo puso en ese cargo sabiendo de su anterior fracaso. Otros lo ven con buenos ojos y de alguna manera lo respaldan. Porque como en todos lados, con este nombramiento algún sector de la cultura –por otro lado- debe estar siendo beneficiado. Quizás es un sector que no es muy demostrativo, pero es la realidad, algún apoyo debe tener ya que Rochi tampoco llegó solamente a dedo por Halle, sino que en tiempos de la campaña había logrado reunir y prometer a diversos artistas el cumplimiento de sus necesidades; artistas que acudían a sus convocatorias en tiempos pre-electorales o manifestaron su adhesión.
Volviendo al tratamiento de fondo, tampoco Romero se puede sentar con Romani porque dicen que este último tendría que –antes que hablar de nada- volverle a pedir ciertos comprobantes de gastos que se realizaron cuando Romero estuvo a cargo de La Vieja Usina (con Rochi como subsecretario de Cultura) que Romero jamás pudo justificar. Por eso el municipio trata con Zemba y no con Romani. Por eso Romani tampoco trata con ellos, como una forma elegante de que la sangre no llegue al río.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
