Marcelo Comas
Es el mejor piloto entrerriano del momento. Se hizo desde abajo y tocó el cielo con las manos al lograr el título de Turismo Carretera en 2004. Omar Martínez es sinónimo de humildad y talento. Acostumbrado a los festejos, sufre en la actualidad una sequía en materia de triunfos que lleva dos años y tres meses sin romperse. Sin dramatizar, entiende que el motivo de la mala racha obedece a errores o problemas mecánicos. En charla con ANALISIS opinó también sobre el conflicto del campo: “La gente que está protestando no es la que se lleva todas las ganancias de lo que se produce”, dijo un Gurí auténtico y reflexivo que habló sin rebajes.
Omar Martínez decide jugar de local. Por eso invita a que la charla se desarrolle en su taller. Allí, junto a mecánicos, chapistas e ingenieros se presta al diálogo a pocas horas de una nueva presentación del Turismo Carretera en Paraná. Se lo nota distendido, relajado, con ganas de hablar de su pasión, el automovilismo. Por momentos reflexiona sobre la realidad sociopolítica del país y se anima a opinar acerca de la puja entre el campo y el gobierno. El ex campeón del TC en 2004 tiene una cuenta que saldar consigo mismo y con los seguidores de Ford. Es que no obtiene un primer puesto en la máxima categoría desde el 19 de febrero de 2006, en el circuito de Comodoro Rivadavia. Pasaron 35 carreras desde ese último descorche de champagne.
La charla arranca a puro vértigo, sin rebajes y con el recuerdo latente del espectacular accidente en Nueve de Julio. “Cerrás los ojos y sentís los golpes nada más. Después del vuelco me bajé y salí caminando. Solamente me quedaba la calentura por la rotura del auto”, revivió el talense. Respecto de esa particular situación El Gurí añadió: “Él se iba afuera y volvió de una manera inesperada, me sorprendió y no pude hacer nada. Ni siquiera frenar, apenas alcancé a esquivarlo un poco, pero el auto se monta y sólo pensé ‘se rompió una rueda, tengo que abandonar’. Nunca imaginé la magnitud de la maniobra”, dijo entre risas, como quien sufre un raspón después de jugar un partido de fútbol.
-¿Cómo evalúas tu rendimiento y el del Ford en las seis primeras fechas del Turismo Carretera?
-La categoría está muy pareja. En cuanto a nuestro rendimiento, arrancamos muy bien en las tres primeras carreras, donde tuvimos óptimos resultados y después en las siguientes competencias se nos complicó, no clasificamos bien. En el circuito de Nueve de Julio no veníamos bien y encima tuvimos el accidente. Eso hizo que el auto se rompiera bastante y se atrasaran algunas pruebas o algunos cambios que teníamos para realizar. En la última carrera de Santiago del Estero, con el auto reparado, se volvió a andar bien y se sumó Cristian Ávila a la estructura del equipo. Él es un chapista, un ingeniero de pista, y esa incorporación nos ayudó a trabajar para el fin de semana de carrera. Todavía hay posibilidades, pero si en las 10 carreras que restan llegamos a tener resultados negativos, como los que tuvimos en el último tramo, creo que se van a ir las posibilidades de pelear por el campeonato. Soy optimista y creo que va a haber posibilidades. Esperemos que todo funcione bien.
-¿Se rompe la racha sin triunfos en Paraná? Desde el 19 de febrero de 2006, en Comodoro Rivadavia, no festejás un primer puesto. ¿Te genera una presión extra ese tema? ¿Estás ansioso por volver a ganar?
-El domingo en el Top Race V6 largamos y di media vuelta en punta. Por ahí, un poco la ansiedad de querer volver a ganar me llevó a cometer algún error. El triunfo se va a dar en cualquier momento y hay que esperarlo, no hay que cometer más esos errores, como el de La Plata en la carrera del TC donde tenía buenas posibilidades de ganar. Así que si no se ha logrado un triunfo en una carrera es por errores que he cometido o por problemas mecánicos que nos han sucedido.
-Hace poco tiempo declaraste que “ganar una carrera era un accidente”. ¿Es tan así?
-(Risas) Cuando menos lo esperás se da. Acá lo más importante es poder estar con todo el conjunto y con el auto entre los 10 primeros. Estando entre los 10 primeros en cualquier momento se nos da un triunfo.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
