Otra causa sin condena
La muerte de Pablo Agustín Engelberger determinará en los próximos días el archivo de una causa por defraudación reiterada a la administración pública a raíz de la desaparición, entre 1997 y 1999, de 404.460,94 pesos que debía custodiar el entonces jefe de la Receptoría Paraná de la Dirección General de Rentas (DGR). El único imputado sufrió un ataque cardíaco y falleció el 27 de mayo pasado, a los 60 años. Fumador empedernido –aun a pesar de que tuvo que someterse a tres operaciones de by pass– y de personalidad conflictiva, Engelberger no era muy querido en el organismo recaudador y los empleados recuerdan que siempre se manejó con mucha reserva y que pasó muchos años sin tomar vacaciones mientras estuvo a cargo de la Receptoría Paraná. Su muerte arrancó apenas algún comentario aislado entre los que fueron sus compañeros de trabajo. Tampoco en el barrio se le tenía mucha estima –vivía en calle Montevideo al 200 de la capital provincial- y los vecinos comentaron que hasta tenía problemas familiares. La maniobra de corrupción que se le atribuía a Engelberger consistió en la desaparición de dinero que debía ser devuelto a los contribuyentes en función de resoluciones que hicieran lugar a solicitudes de reintegros de impuestos pagados indebidamente o de depósitos judiciales originados en procesos concursales.
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El mundo del revés
El directorio del Instituto de Obra Social de la Provincia de Entre Ríos (IOSPER) resolvió, en abril pasado, desafectar a Cristina Juri de su cargo al frente de la Dirección de Atención al Beneficiario y reubicarla en la Gerencia de Prestación. La medida se adoptó después de que la dirigente adhiriera a un paro y ello derivó en la suspensión de la atención a los afiliados mientras duró la medida de fuerza. Ante esta situación, Juri presentó denuncias en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), en la Justicia ordinaria y en el Ministerio de Trabajo.
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Como el arca de Noé
El día después de la histórica convocatoria de campo del departamento Colón en la ruta 14 todavía quedaban las huellas de las 5.000 personas reunidas y que trajo tanto comentarios como confusión. En el acto convivieron los cuatro presbíteros de la Diócesis, cientos de productores, otros cientos de arrendatarios, comerciantes sublevados, ex militares y muchos vecinos, entre ellos familiares de los empresarios Derudder, “gente de campo”, dijeron unos, “arrendadores de campos de soja”, deslizaron otros. Y tampoco faltaron las críticas para “los que se quedaron en la oficina o el comercio, cómodos, mirando el acto por televisión”, tales las palabras del presidente de la Sociedad Rural, Mario Barbizán. Una caravana de 12 kilómetros de autos, camionetas, camiones y tractores recaló primero en San José, donde el intendente vecinalista Pablo Canali los recibió en la plaza; luego hizo pie en Colón, pero el presidente municipal, Hugo Marsó, no estaba en la ciudad para atenderlos. No fue necesario llegar hasta Villa Elisa, ya que el intendente radical Mario Joannás era uno de los entusiastas líderes de la protesta.
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Prestame el auto
Arroyo Barú es la pequeña localidad ubicada unos 50 kilómetros al noroeste de Colón, en la que nació el gobernador Sergio Urribarri y que debe su nombre al teniente de milicias Francisco Barú, que compró esas tierras en 1776, y que en el último censo nacional de población acreditaba que allí vivían 680 personas. Tiene el rótulo de Junta de Gobierno y está gobernada por el justicialista Jorge Guillermo Urribarri. A poco de asumir, el hombre planteó la necesidad de contar con un vehículo para “satisfacer las demandas originadas en el desarrollo de las tareas pertinentes” a la comuna.
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Teléfono público
Indignado estaba el hombre, y seguía acumulando bronca mientras esperaba que lo atendieran en la oficina del concejal paranaense Horacio Piceda (UCR). Del otro lado de la mesa, un muchacho escogía nombres, marcaba números telefónicos y convocaba a cada uno de los interlocutores a una asamblea que encabezaría un ex diputado provincial y actual convencional constituyente del radicalismo en el Sindicato de Luz y Fuerza, en calle Corrientes de la capital provincial.
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