-Explosión en cadena. El espectáculo de la sociedad en los momentos que se vive desborda cualquier asombro. Sigue repicando en las retinas la imponente movilización ruralista en Rosario el 25 de mayo pasado. Desde otra perspectiva y diferentes dimensiones igualmente hay que entender como un hecho mayúsculo la irrupción de los camioneros de transporte de granos como agregado del conflicto. Por si faltara algo, a las pocas horas patearon el tablero los transportistas de larga distancia. Se puede decir que en un par de horas, al cierre de la semana pasada las rutas nacionales, provinciales y vecinales conformaron un solo centro de movilización de camiones de todo tipo, con enconos diversos y muy violentos. Si algún estudioso de la realidad social quería tener una ilustración de lo que es el caos en una sociedad moderna sólo necesitaba acercar las lentes a cualquier parte de la ruta nacional 14, la ruta nacional 9, de última cualquier ruta. Como para condimentar el guiso, en el talón de fondo de este escenario aparecía amenazante el desabastecimiento. Con estos nuevos actores el ruralismo acusó el impacto. Si bien en general las voces de los camioneros afectados al transporte granífero se mostraban solidarios con las reivindicaciones del campo, en el borbollón de los cortes comenzaron a chocar y no de buena manera. Nadie entendía a nadie y todos terminaban yendo contra todos. Con la irrupción de los camioneros la dirigencia ruralista acusó inmediatamente su preocupación. La movida de los camioneros a juzgar de la Mesa de Enlace no surgía clara en sus propósitos.

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-Gualeguaychú y su protagonismo. Mientras el conflicto sigue su curso debe llamar la atención la gravitación que adquiere en este escenario Gualeguaychú. Materialmente, el corte de la ruta 14 constituye una continuidad de la lucha abierta por la misma ciudad en el tema ambiental en contra de la pastera Botnia. Alfredo de Ángeli ha sido un protagonista sobresaliente de la asamblea ambiental y sus tractores cruzados sobre la ruta 136 obraron como una suerte de muralla interrumpiendo la comunicación con la República del Uruguay. Días pasados una nota periodística daba cuenta de que una sola persona mantenía su presencia en el paraje de Arroyo Verde, en el lugar del corte. La mayoría de los ambientalistas están sumados a la movida ruralista en la ruta nacional 14. Es un hecho incontrastable que tanto el movimiento ambientalista como ahora el corte de la ruta 14 en apoyo al campo suma masivamente a la comunidad de la región. Por otra parte, y sin que esta observación vaya en desmedro de nada, tanto el corte en contra de Botnia de la ruta 136 como ahora la ruta 14 constituyen medidas de acción directa que interrumpen drásticamente la libre circulación de personas consagradas en cuanta constitución esté escrita, aquí y en el mundo. Es cierto que este tipo de medidas primeramente fueron activadas por el movimiento de trabajadores desocupados en demanda de planes de trabajo o subsidio a la desocupación. Pero en el caso de Gualeguaychú, el corte de ruta es tomado por los sectores más heterogéneos de la comunidad. Más, así como en este caso de la ruta 14 la parte activa está compuesta por los sectores ligados a la explotación rural, en el corte en contra de Botnia el protagonismo estuvo puesto centralmente por los sectores ligados al turismo.

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-De Ángeli. Esta situación encumbra al presidente de la Federación Agraria de Entre Ríos como el emblema de la movida ruralista a nivel nacional. Un discurso sencillo, con mucha convicción y con gran astucia política para saber golpear en las zonas sensibles del discurso oficial compone a este hombre de Gualeguaychú en un actor excluyente del conflicto. De Ángeli, parándose más en la asamblea de base del corte de Gualeguaychú que en la orgánica de la Federación Agraria, a pesar de que ejerce su presidencia, armó el discurso que ató al movimiento ruralista al sector más poderoso y concentrado representado por la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP). A medida que su figura fue adquiriendo mayor gravitación se animó a entrar más de lleno en el tema. Así fue que en un programa televisivo planteó con todas las letras que eso de retrotraer la situación al 10 de marzo, fecha en que tuvo comienzos la tablita de las retenciones móviles, era un paso para entrar a negociar. Cuando se profundizó la charla no tuvo recato para señalar que las retenciones como tal tenían que estar en discusión. Cualquier observador sabe que esa no es la posición de la Federación Agraria. Como bien saben decir los referentes nacionales de ese agrupamiento, las retenciones constituyen una herramienta válida, lo que sí cuestionan es su implementación y escala. Como bien se puede ver, la posición de Eduardo Buzzi se encuadra en un planteo distinto al propuesto por De Ángeli.

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-El país de Alfredo. Ahora bien, en esa espontaneidad que sabe reflejar De Ángeli y expuesto a una proyección mediática constante, su discurso va trascendiendo lo meramente reivindicativo y sectorial para tomar una proyección general. Dentro de las cosas que dice y las cosas que tendría que decir para dar coherencia a las afirmaciones que hace, traza un camino donde apuesta a la liberalización de toda retención para la producción agropecuaria. Desde ahí, en su entender, se termina formalizando un circuito virtuoso que derramaría sus bondades a todos los habitantes y en todos los rincones del territorio. Es importante el tema impositivo que toca De Ángeli. Como se decía anteriormente, cuando se explaya recurre al Impuesto a las Ganancias como camino alternativo al de las retenciones. Pero a poco que se encamine el argumento se derrumba. Si se toma en cuenta el volumen de la economía en negro que deambula en la propia actividad agropecuaria como ha quedado transparentado en este proceso, cabe tomar con mayor responsabilidad el tema impositivo. Sobre todo cuando se tiene en frente el descubrimiento de una franja extensa de economía en negro que salpica las puertas de una institución hasta ahora insospechable como es la Federación Agraria, es decir, el agrupamiento patronal del cual De Ángeli es el presidente en la provincia. Además, en el caso de Entre Ríos, la afectación a ese agrupamiento es más directa en cuanto que el vicepresidente, Juan Echeverría, ha sido condenado por evasión y se encuentra incurso en otro proceso por el mismo tema. Pero además, De Ángeli si se asesora debidamente puede llegar a saber que si este negreo se produce con impuestos de fácil control cabe imaginar lo que puede llegar a ser en el caso de Ganancias, cuya recaudación es mucho más compleja. Si este registro que se termina de hacer es elocuente cabe agregar que De Ángeli ignora un aspecto que debería conocer. La Federación Agraria históricamente ha sabido sostener como política impositiva para lograr una correcta transformación agraria el Impuesto a la Retenta Potencial de la Tierra y el Impuesto a la tierra libre de mejoras.

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